Mar Tarrés se la jugó: montó su espectáculo de humor en la sala mayor de la ciudad en pleno verano, siendo prácticamente una desconocida en el público promedio y cuando la brújula cultural apunta mayoritariamente a las propuestas peñeras.
No obstante, cerca de la mitad del Teatro Verdi fue a descubrir de qué se trataba un show de “stand up” (un terreno no tan explorado por estos pagos) sobre “Minas jodidas”.
La actriz salteña también se arriesgó a desandar un formato que combina graciosamente lo procaz, la explicitación sexual y la interacción con el espectador por medio de insultos cómplices, en una ciudad no tan habituada a ese ejercicio lúdico. Tras entrar en juego, superar los pruritos y relajar las composturas de los asistentes, Mar ofreció una divertida y descarnada puesta en escena de su vida cotidiana, desde la encendida “defensa de las calzas para gordas” hasta el desánimo posterior a una sesión depilatoria de piernas y partes íntimas que no ha sido compensada con un encuentro amoroso. “Para los hombres, es como que venga una tormenta cuando lavás el auto”, graficó. Párrafo aparte para el grupo Contrapunto, quien en la previa, resumió un entretenido y aplaudido set de música y humor. J.R.S.