La artista plástica y docente Gabriela Manfredi confirmó a EL DIARIO que ahora, con la fuente ya instalada en la plaza Capitán de los Andes, “se inaugura toda una etapa, la material concretamente, a la que no habíamos llegado”.
“Iniciaremos la parte específica nuestra, la escultórica, junto con mi colaborador y compañero Sebastián Sanz, con quien trabajo siempre. Lo único que hicimos hasta ahora fue lavarla. Primero pensamos en arenar, pero nos replanteamos esto y la hidrolavamos por el deterioro que pudriera sufrir, la lijamos un poco y tratamos de llevarla al punto original de superficie”, detalló la escultora en diálogo con este matutino.
“Ahora nos toca rehacer las partes que le faltan, sellar grietas y todas las correcciones materiales. No hemos hecho nada de eso hasta el momento, sólo modelar la columna. Ahora armaremos un andamiaje y vamos a empezar a trabajar”, precisó.
Manfredi había sido contactada por integrantes del Ateneo La Posta a través de la Escuela de Bellas Artes. Recordó que tras esto mantuvo un “productivo encuentro” con un arquitecto del área de Patrimonio del Gobierno de la Provincia y se convocó a la arquitecta Susana Accastello, quien realizó “una labor valiosísima”.
Entonces, se produjo un relevamiento del objeto escultórico en el sitio donde estaba, detallando su estado y medidas y luego se hizo un informe donde los especialistas propusieron modificaciones. “La columna del medio la rompimos porque suponemos que la colocaron en la casa donde estuvo o le faltaba esa parte y la reconstruyeron con un estilo que no corresponde al de la fuente”, explicó Manfredi.
“La rompimos y ahora lo que hicimos es modelar. Tengo en negativo los moldes hechos de la parte que le falta. Ahora, ya trabajando en la plaza, la vamos a completar”, adelantó.
La artista repasó que en un principio el ornamento se iba a emplazar en otro sitio de la Capitán de los Andes, “pero para hacerla ahí había que podar y quitar árboles y nosotros no queríamos eso”. “No queríamos quitar ese pulmón, iba en contra de la esencia de la plaza, en cambio este lugar estaba vacío y es bien simétrico, entonces no había problemas en cuanto a lo relevado”, justificó sobre el destino final de la añeja fuente.
Las profesionales elaboraron los presupuestos y se convocó al constructor Aldo Blanda, “quien trabajó bajo las directivas de la arquitecta, con lo que se hizo el plato de base”.
El objetivo de toda la tarea de las especialistas fue “tratar de recuperar en su porcentaje mayor lo que la fuente era antiguamente”. “Al plato de base se lo reconstruyó en función de las fotos de época”, recalcó.
Accastello, en tanto, precisó que el tiempo real de construcción de ese plato hubiese sido de cuatro meses si la labor se hubiera concretado de manera continua, pero hubo dilaciones en el medio.
“Lo financiero fue dilatando, se fueron dando las cosas, pero muy espaciadamente, ya que soportamos una fuerte inflación”, acotó Gabriela.
Emoción
A Susana Accastello se la vio emocionada al finalizar la nota con este medio. Su nombre había sido sugerido por el arquitecto Carlos Pajón, fallecido recientemente, por lo que la alegría por la instalación de la fuente se mezcló con la tristeza por la desaparición del profesional.