La jornada inaugural traía consigo dos desafíos por sortear.
Por una parte, tratar de igualar o superar desde el vamos la alta vara lograda en la edición anterior, tanto en la faz artística como en nivel de convocatoria.
En segundo lugar, debía sobrellevar el golpe rotundo que significó la baja de Alejandro Sanz como número central de la velada. Vale recordar que dos semanas atrás la organización sufrió un "lunes negro" al comunicar la cancelación de los shows del artista español, por una lesión en su cadera, y la negativa de dos de los animadores estelares: Lola Ponce, por fractura de mano, y Jorge Rial, por una nebulosa excusa que acusaba "problemas familiares".
La previa
Mientras el público, que se acercaba lentamente al Anfi, intentaba apaciguar el intenso calor con abanicos y bebidas frescas, David Bolzoni hacía la "previa" con temas propios y "Zoom" para recordar a Cerati.
Cerca de las 21.30 llegó el esperado saludo oficial de Miguel Borsatto, fusionado con los fuegos artificiales en el espejo de agua y pirotecnia fría dentro del coloso. Tras acuñar la "internacionalización del Festival", apuntó que el malogrado Sanz tuiteó que tendrá en un futuro su "desquite". Luego del inoxidable "Buenas noches Villa María, peña y corazón abierto", se desplegó en escena el ballet Flor de Ceibo y su coreografía de "Canción con todos" de César Isella, interpretada en vivo por la Orquesta Estable, la cual celebra sus 20 años de vigencia.
Entre los cables y micrófonos de Los Cuatro de Córdoba, Cacho Buenaventura entró en escena como conductor, en su segundo año consecutivo. Luego de recurrir a un remanido chiste, inició el grupo tradicional que interpretó "Zamba para olvidar", "Los cordobeses somos fiesteros", "La Oma", "La vida siempre va" y "Zamba para Villa María", obra que había sido emitida en el emotivo videoclip de arranque, el cual cuenta con miembros históricos del evento, Fabricio Rodríguez y el propio conjunto.
Presentada por Cacho y Borsatto, Soledad ingresó cerca de las 22.20 al Hernán Figueroa Reyes cuando las plateas empezaban a llenarse. Afuera, se constataba que el regalo de entradas era moneda corriente. La otrora "huracán de Arequito" arrancó con temas no tan populares como "Vivir es hoy" y "La salida", con intervenciones del villamariense Pablo Cordero como acompañante vocal junto a Natalia Pastorutti y Gustavo Corvalán. Con "Qué bonita es esta vida" empezó a ganarse el público que la recibió tibiamente. La Sole también tuvo algunos problemas con el audio.
Segunda parte en página 10