“Es muy difícil definir el scoutismo, directamente nosotros lo vivimos”.
La frase pertenece a Emanuel Coassolo, jefe del grupo Scouts Hugo Salvato, quien ayer dialogó con EL DIARIO de cara al pronto inicio de una nueva temporada.
“No es una actividad de sólo dos horas los días sábados, sino que te sumás a una forma de vivir. Es las ganas de aportar un granito de arena a la sociedad a la que pertenecemos desde el punto de vista cooperativo, de la beneficiencia. Es aprender en valores, dimensionar lo que es una ayuda”, precisó el joven líder.
El grupo lleva ocho años trabajando. Nació poco después de la muerte del popular y reconocido sacerdote pasionista Hugo Salvato. En sus últimas semanas de vida, el pastor supo de la intención de conformarlo pero esto no se concretó hasta después del fallecimiento. Su fundación estuvo impulsada por el padre Fabián Gili y los jóvenes Romina Dreyer, Gabriela Brochero, Fernanda Settecase, Mauricio Quinteros, Sonia Palacios, Mayco Ranciglio, Rebeca Ranciglio y Franco Coassolo.
“Arrancó con cinco jóvenes que vivían el scoutismo desde muy chicos. Enseguida tuvo cien miembros, entre adultos y jóvenes. Hubo actividades durante dos años en la quinta de la Parroquia San Ignacio y luego, tras no poder utilizar más ese espacio, se consiguió la Posada del Deportista, en el Parque Yrigoyen, gracias al esfuerzo de la gente que estaba en ese momento”, repasó Emanuel.
Hoy es el grupo más grande de toda la zona, con 27 adultos, ocho colaboradores y los padres. Además, tienen cerca de 90 beneficiarios, por lo que el conjunto en su totalidad ronda las 120 personas.
Si bien la religión que predomina es la católica, hay heterogeneidad. “Si bien convive cualquier religión, no se puede ser scout si no tenés una religión o estás en su búsqueda. La parte espiritual es una base fundamental”, aclaró el entrevistado.
Continuando con las características de este movimiento, remarcó que “no es una actividad lúdica, sí ocurre que el niño o niña a través del juego y la interacción se educa en valores”.
Precisamente el rescate de los valores es uno de los grandes desafíos. “Hay mucho trabajo que realizar en ese sentido”, subrayó.
“El scoutismo transforma; transforma a la persona, al entorno. Es una pasión”, sostuvo.
“El chico llega con una idea de recreación. Se suma a los 7 años y a medida que crece se evidencia el cambio que realiza. Se madura mucho, sin dejar de lado las actividades propias de un niño o de un adolescente, como salir un sábado a la noche”, comentó.
Coassolo recordó que todos los miembros son voluntarios y que durante marzo estarán inscribiendo todos los sábados en la Posada del Deportista. Para consultas se los puede contactar a través de Facebook (Grupo Scout Padre Hugo Salvato).
Las actividades se iniciarán en abril, aunque siempre están haciendo cosas.
“Sumarse es apuntar a tener un poquito de responsabilidad social, de amor propio, de querer dar una mano”, concluyó el jefe del grupo villanovense.