La peña de la Agrupación Folklórica Villa María podría verse como una compleja maquinaria en donde cada pieza debe funcionar a la perfección para que, noche tras noche, cientos de visitantes disfruten de la comida y la música más tradicional de su tipo.

Es que, según recordó el presidente de la institución, Gustavo Tacconi, la peña comenzó incluso antes que el propio Festival de Peñas.

“Es un clásico”, resumió entre los extensos tablones donde la gente se acomodó anoche para aprovechar la primera de las cuatro noches “extras” que tendrán las peñas luego de la autorización que dio el intendente ayer.

“Fue una grata sorpresa, no sólo por lo económico, sino porque esta Agrupación nace con el Festival y con la peña, y lo que más deseamos es mantener esto que es el espíritu de peña, la cultura, lo tradicional, el folclore, y por eso estamos contentos”, dijo al respecto Tacconi.

Es difícil calcular la cantidad de gente que trabaja desde muy temprano para brindar el mejor servicio posible. De hecho, Tacconi tampoco da un número, pero asegura que “es muchísima gente”. “Siempre resalto que lo que tenemos nosotros es capacidad de trabajo porque acá están los bailarines, los padres, los profesores, amigos”.

Cada uno cumple una función específica y no hay horario para el trabajo. Todo debe quedar listo. “El sector de gastronomía termina a las 4 de la mañana pero sigue trabajando porque tienen  que reponer todo. A la mañana a primera hora hay que venir a hacer el recuento y los pedidos, hay mucha gente trabajando que no se ve”, detalló el presidente de la institución.

La gente desfila entre las sillas metálicas cual malabarista con porciones de locro hasta lograr ubicarse. Es una escena que se repite durante horas, toda la noche. “Creo que hay buenos locros en Villa María”, advirtió Tacconi, “no diría que el nuestro es el mejor porque lo tomamos con mucho respeto”, pero, sí reconoció, “es un clásico, como también las empanadas”. 

El balance de la cantidad de porciones vendidas lo harán recién al final del Festival, pero, por ejemplo, para el jueves por la noche habían preparado unas 700.

 

Un escenario jerarquizado

Cada artista que sube a las tablas de la Agrupación Folklórica tuvo que pasar por un proceso de selección meses antes. Así es como desde la organización se propusieron elevar el nivel de los que noche tras noche se presentan sobre el escenario.

“Hace un par de años buscamos hacer un cambio y creo que dio resultado”, aseguró Gonzalo Yáñez, integrante de la comisión que hace más de una década tiene a cargo la parte artística de la peña de la institución.

Los pedidos para tener un espacio son muchos, por eso cada interesado “tiene que presentar un demo, con unos cinco meses de anterioridad, y así se hace una selección”, explicó sobre la dinámica, pero aclaró que, más allá de todos los que vienen de afuera “pero siempre respetando a los artistas locales que nos brindan una calidad excepcional y que encima no son del todo reconocidos muchos veces, por eso este es un espacio que necesita ser local todavía”.

El trabajo no sólo queda en la elección de los artistas, sino en acoplarlos para que el show sea un todo. “Organizamos la noche de acuerdo al espectáculo que queremos mostrar, entonces lo que ve y siente la gente es importante, pero también hay que tener en cuenta que hay recambio de esa gente a lo largo de las horas, entonces no puedo poner un grupo de tango a las 5 de la mañana; ese tipo de cosas se tienen en cuenta”, subrayó.

El resultado está a la vista. “Cambió totalmente la dinámica de la peña, el espectáculo es más armónico, antes se usaban muchos artistas por noche, lo que hoy hacemos es reducir la cantidad de artistas pero sumamos tiempo en escena para cada uno”. Un escenario jerarquizado, que se ganó el respeto de los que actúan, para respetar a la gente.