El cantautor español, como era de esperarse, conservó como fruta madura sus piezas más memorables para el tramo final.
Adentró al público a su mundo de recuerdos al hilvanar gemas de su repertorio como “Por ti”, “Por qué te vas”, “El amor”, el esperado “Y cómo es él”, “Te quiero” (quien trocó al final el estribillo por “los quiero”), y ya en su despedida, que se registrara a los siete minutos después de la medianoche, para redondear hora y 20 de show, con “Un velero llamado Libertad”.
A pesar del idilio con la audiencia, no se escucharon reclamos de regreso al escenario.
Luego de la elección de la nueva Reina (ver aparte), llegaría el turno de David Bisbal.
El solista pop melódico, quien regresó a la ciudad siete años después, recogió el ánimo enamoradizo que había plasmado su compatriota para volcar su propio fulgor romántico, sin olvidarse de su perfil flamenco.
Arrancó su set con “Tú y yo” de su reciente placa homónima, continuó con el conocido “Ave María” para menear su cadera -para el deleite de ellas- en “Sí pero no”. “Lloraré las penas” aportaba pasajes explosivos entre tantas dosis melódicas.
Bisbal, quien usó la misma remera que había utilizado en la conferencia previa, se acercó al filo de las fanáticas con celulares en mano para deleitarlas con “Dígale”.
Al cierre de esta edición todavía restaban por subir Luciano Pereyra y el venezolano Carlos Baute.