Edicion: 2015-07-01
Hoy en Tapa de Papel | Ediciones Anteriores
NOTICIAS SUPLEMENTOS SERVICIOS CONTACTO QUIENES SOMOS
Portada  »  El Diario Cultura  »  Demonios alrededor de un vaso de cristal
8 de Febrero de 2015
Demonios alrededor de un vaso de cristal
Compartir Compartir Imprimir

 

Tras diez años en la Policía bonaerense, Luis Luján fue trasladado a Villa María. Un año después, en 1995, salvó su vida milagrosamente. Fue durante un famoso tiroteo contra narcotraficantes y los balazos recibidos le costaron el retiro. A partir de entonces se dedicó exclusivamente a la literatura, graduándose de profesor en Las Rosarinas, integrando la SADE y escribiendo novelas paranormales. Una de ellas, “El juego de la copa” (Editorial Dunken, 2008) basada en una experiencia personal es, además de su best-seller, una obra pionera del género en la ciudad
 
La historia de Luis Luján es la historia de un renacimiento. O dicho de otra manera, la peripecia de alguien que, habiendo muerto varias veces, volvió a nacer. Acaso para que se cumplan las palabras de Jesús en el Evangelio de Juan (3, 3). Sólo que sus “muertes” no fueron sólo espirituales sino también físicas, ya que a lo largo de su carrera policial protagonizó siete enfrentamientos armados y uno de ellos (el último) casi acaba con su vida. Y esa “casi muerte física” que lo dejara lisiado para “la Fuerza”, le implicó un renacimiento en cuerpo y alma junto a la reformulación de su “oficio terrestre”. Pero mejor será que lo cuente el propio Luis, que si por algo se caracteriza es por su testomonio inquebrantable.
“Esa casi muerte -comenta el expolicía- sucedió el 7 de octubre de 1995, acá. Una noche recibí cuatro disparos de bala combatiendo el narcotráfico y como las secuelas me costaron el pase a retiro, tuve que repensar toda mi vida. Sabía que tenía muchas complicaciones físicas ya que uno de los disparos me estalló el fémur y me lo tuvieron que remplazar por uno de metal. Pensaban que iba a perder la pierna pero por suerte la salvé. Estuve mucho tiempo internado. Desde mi convalecencia pensé que la educación y la docencia serían los pasos a seguir, ya que ante todo quería tener un capital intelectual. 
-Y entonces estudiás Letras en las Rosarinas…
-Sí, me inscribí en el ´97 pero fue paradójico porque mi pasión principal siempre fue la Historia. Pero como esa carrera no estaba en el instituto, nos inscribimos con Eduardo Cichy y otra amiga en Literatura, para darle fuerza al departamento. Además, los libros eran mi segunda pasión, ya que empecé a escribir a los 14 años. En 1999 tuve la suerte de ganar los Juegos Florales Nacionales, luego me recibí y entonces me incliné por las letras para siempre.
-¿Cómo fue que habías decidido ser policía?
-Porque me casé a los 18 años y me fui a vivir a Buenos Aires sin trabajo. Como mi suegro era retirado de la Federal, me hizo los trámites e ingresé como agente en el ´83, con 19 años. Tengo una carrera muy ligera porque sólo estuve once años en “la Fuerza”. Pero te confieso que me gustaba ser muy profesional y me preparaba todos los días para eso. Tuve siete enfrentamientos armados, cosa que es una barbaridad para tan pocos años de servicio. Y en el ´94, el sexto tiroteo me costó el traslado al interior por razones de seguridad. Así que vine a la Subdelegación de Villa María, en donde había vivido de chico. 
-¿No sufriste heridas en ese sexto enfrentamiento?
-No, porque me salvó la vida un “ser de luz”. Tuve una experiencia paranormal que no le pido a nadie que la crea. Pero yo estaba de pie contra tres delincuentes armados, muy profesionales. Me dispararon 38 veces y uno de ellos estaba a siete metros. Pero yo vi a un ángel de pie delante de mí. El fue quien impidió que las balas siquiera me rozaran. 
-¿Y ese “ángel” también te salvó en Villa María un año después?
-Sí. Me habían trasladado de Buenos Aires a una oficina y yo creía que iba a enloquecer. Extrañaba muchísimo las calles de la Capital, que eran mi vida. Catorce meses después y debido a mi experiencia, el jefe me dice: “Mire Luján, esta noche va a haber un procedimiento con personas armadas. Está muy feo. Por eso le voy a pedir que acompañe a la brigada”. Así que fuimos al monte, cincuenta metros detrás de un prostíbulo que estaba en la ruta 9, “La Casona de Cris”. Y tras el enfrentamiento caí herido con un sargento. El se llevó la peor parte porque nunca volvió a caminar. Y si yo estoy hablando con vos ahora es por la protección de ese ángel que decís. 
-¿Extrañaste mucho a la Policía cuando te jubilaron?
-Muchísimo, porque yo amaba mi profesión. Extrañé tanto que me dediqué a estudiar para olvidarme de lo que estaba pasando en mi cuerpo y sacarme de encima la vieja vida. Hoy tengo una enfermedad debido al plomo que hay en mi cuerpo y no sé si más adelante voy a seguir caminando. Por eso estudié Letras, luego me recibí de martillero en la UTN y hasta hice un pos título de Historia en la Católica de Córdoba. 
-No fue la primera vez que tu vida cambió de manera radical ¿no?
-No, porque antes también tuve algunas experiencias muy traumáticas, muchas de ellas a nivel espiritual.
 
La copa y los demonios
-A juzgar por tus libros, esas experiencias no fueron solamente con seres de luz...
-No, ya de chico, a los 4 años en Salta, me asaltaron seres oscuros. Pero a los 16 años viví la peor pesadilla. Fue cuando decidí jugar el juego de la copa. Salí muy mal y estuve afectado durante dos años seguidos. Desde entonces me arrastraron voces hasta el día de mi último enfrentamiento en Buenos Aires. 
-¿Cómo fue?
-Eran unas voces que me anticipaban el futuro pero siempre me predecían cosas horribles. El día de mi sexto enfrentamiento fue la última vez que las escuché. Yo me desperté y me anunciaron que esa noche no volvía a casa. Como no sabía si me iba a morir, la llamé a mi cuñada y le dije: “Marcela, esta noche no vuelvo a casa, por favor ayudala a mi esposa con la crianza de mis hijos”. 
-El juego de la copa marcó un hito no solamente en tu vida sino también en tu literatura…
-Sí, pero en primer lugar te digo que el juego de la copa no es un juego. Lo único que tiene de juego es el nombre, pero en realidad es un rito. Y un rito satánico. Los que se meten luego tiene dificultad en salir bien parados, como me pasó a mí. Y es lo que relato en mi novela, para decirles a todos que se abstengan de esa experiencia.
-¿Cuál es el mayor riesgo?
-La invocación. Porque cuando se manifiesta un ente en una copa siempre es un ser oscuro y poderoso. Los que han estudiado el tema les llaman “espíritus inmundos”, es decir “demonios”. Y esas manifestaciones siempre te van a mentir pero a la vez te van a decir el nombre de tus seres queridos que han muerto para que creas. 
-¿Y los seres de luz?
-Los seres de luz no mienten ni vienen a la invocación de una copa. Ellos habitan en otra parte. 
-¿Por qué la gente juega al “juego de la copa”?
-Porque quiere predicciones sobre su futuro. Yo recuerdo todo lo que me mintieron la primera vez. Creí que había descubierto la pólvora hasta que descubrí la falsedad y me desesperé.
-¿Cuándo empezaste a escribir sobre fenómenos sobrenaturales?
- Acá en Villa María, porque en Buenos Aires escribía ensayos sobre la realidad. Las ficciones sobrenaturales nacen con mi novela “Las huellas de Dios”. Luego vino “El juego de la copa” y pensé que había cometido un error al relatar un acontecimiento tan oscuro. Pero creo que la pegué porque es mi novela más leída y más requerida. A partir de ahí llevé a cabo el proyecto de “Leyendas Urbanas” tomando casos paranormales de Villa María y Villa Nueva y escribiéndolos con los alumnos de un secundario para adultos (CENMA) donde doy clases. Esos libros tuvieron un éxito impensado. 
-¿Estás con algún otro proyecto en la actualidad? 
-Estoy escribiendo una novela que se va a llamar “Crónica de un funebrero”. Surgió porque en diciembre empecé a hacer investigaciones para un programa de televisión de acá, “La voz urbana”, de Pablo Sabadim (sábados a las 23 por “Mirate TV”). Y reporteando a un funebrero del cementerio de Villa Nueva por las tumbas de pie, escuché datos y testimonios de una riqueza tan fabulosa que decidí escribirlos. Las cosas que me contó no están pasando en un pueblito perdido del siglo pasado sino acá, en esta ciudad del Siglo XXI.
-También trascendió que hay un proyecto televisivo de mayor alcance…
-Sí, me llamaron de Canal 8 de Córdoba para hacer un programa. Me dijeron “¿Estoy hablando con el cazafantasmas de Villa María?” (risas) ¡Me identifiqué mucho con ese apodo!
 
Villa paranormal
-¿Te extraña que Villa María y Villa Nueva tengan tantos casos sobrenaturales?
-Me extraña sobre todo que pasen en Villa María, que es una ciudad tan progresista. Cuando hicimos los libros de leyendas urbanas pensé que iba a encontrar más relatos en Villa Nueva, que era una ciudad más antigua y tradicional. Pero la mayoría de los cuentos pasaban de este lado del río.
-¿Pensás que esos fenómenos son un  contrapeso para equilibrar ese “progresismo”?
-Sí, pero también creo que los abuelos villamarienses, que han sido en su mayoría inmigrantes europeos, han traído sus tradiciones y las han adaptado. Muchos de los relatos que todavía se cuentan sé que vienen de más allá del mar. Mi abuelo que era italiano me contó cosas parecidas. 
-¿Cuáles son los temas más recurrentes en las leyendas locales?
-El monstruo mitológico que más se repite es el “aparecido”, aún en pleno Siglo XXI. Tengo datos de que en un edificio que aún no se ha inaugurado ya hay fantasmas. Lo ha contado el personal policial que estaba de custodia. No estamos hablando de una casa victoriana sino de un edificio moderno que se ha levantado con fantasmas adentro.
-¿Y los fenómenos villamarienses que más te llamaron la atención?
-La aparición de la Virgen en el colegio San Antonio. Fue en el año 1996 y Nuestra Señora se le manifestó a Javier Botaro, un chico de 11 años que se había caído de un árbol y quedó traspasado en una reja. Milagrosamente el hierro no le tocó ningún órgano vital. Los médicos dicen que el hígado se le contrajo de manera inexplicable. Javier estuvo agonizando media hora, y todo el tiempo vio a la Virgen con el Niño emanando rayos de luz. Eso está documentado a nivel mundial porque sólo tres veces se apareció la Virgen con el Niño. En la ciudad casi no se sabe del tema. Incluso en el colegio habían puesto una placa que ya no está. Ayer le hice una nota a Javier para el programa. Ahora tiene 29 años y está en perfecto estado. 
-¿Algún caso de fantasmas que te haya impresionado?
-El del remisero que en el año ´94 llevó a una señorita al cementerio de Villa María. Cuando llegaron, la pasajera descendió y traspasó el muro. Hice notas con los compañeros del remisero que ya murió. Dicen que la chica tomó el taxi en la plaza y tenía un ramo de rosas, pero al traspasar el muro, las flores quedaron del lado de afuera. El remisero hizo la denuncia, fue el móvil policial y sólo encontró las rosas. También hay casos menos resonantes.
-¿Como cuáles?
-Como los fantasmas del Hospital Pasteur. Las enfermeras dicen que hay tres almas que se manifiestan. Y la aparición que se repite con más frecuencia es la de una mujer que camina sobre el tejado y se arroja al vacío. 
-¿Qué pensás de la parapsicología?
-Era muy excéptico hasta que un día un amigo me dijo “vamos a ir a ver al segundo mejor parapsicólogo de Sudamérica, que vive en San Pedro”. Cuando llegamos, la casa era casi un rancho, no había ni qué comer, los techos se llovían y tuvimos que dormir en el suelo. Al otro día le dije al parapsicólogo “decime dónde tenés la cuatro por cuatro escondida porque ustedes la levantan con pala”. 
-¿Y él qué te dijo?
-Me confesó que antes ganaba mucha plata pero que tuvo que pagar un precio muy alto por haber hecho “el mal”. Estuvo sin caminar varios años y ahora está sin nada, pero espiritualmente recuperado. Vio una foto que le di, la tocó y me dijo el nombre de las personas y cómo murieron. Me quedé con la boca abierta. Luego me dijo que Mariela Bessonart no estaba muerta. 
-Ya que hablás de casos policiales ¿qué opinás del caso Nisman?
-Como expolicía no tengo dudas de que fue asesinado. Y como especialista en fenómenos paranormales, estoy seguro de que un parapsicólogo como el que te conté podría arrojar una fabulosa luz en el caso. No sé por qué aún no han consultado a uno.
Iván Wielikosielek

Otras notas de la seccion El Diario Cultura
  • La literatura cordobesa está de luto
  • Viaje al país de la percepción
  • Casa de tolerancia, "pupilas" y etiquetamiento
  • Un siglo de cultura en la misma esquina
  • Surgimiento del municipio local


  • Humor
    Noticias » Locales » Regionales » Policiales y Judiciales » Deportes » Culturales » Especiales » Opiniones
    Suplementos » Tiempo de Salud » Arquitectura » Horas Libres » Rural » Cultura » Viajes »
    Archivo formato anterior » 2001 » 2002 » 2003 » 2004 » 2005 » 2006 » 2007 » 2008
    Servicios » Fúnebres » Clima »
    REPORTÁ UNA NOTICIA

    Si tenés una noticia comunicate
    E-mail: lector.escribe@eldiariocba.com.ar
    Teléfono: 0353-4523976 (Redacción)
    PUBLICIDAD

    E-mail: publicidad@eldiariocba.com.ar
    Teléfono: 0353-4523976 (Publicidad)
    Celular: 0353-154199702
    NUESTROS DATOS

    El Diario del Centro del País es editado por la Cooperativa Comunicar en Periodistas Argentinos 466/474, ciudad de Villa María, República Argentina
    Teléfonos: 0353-4523976 y 0353-4613126
    E-mail: eldiario@eldiariocba.com.ar

    Copyright 2008-2024 Cooperativa Comunicar.   WfxGroup - Administracion de publicidad para sitios de alto trafico - Villa Maria - Cordoba WfxGroup - Diseño y programacion Web - Villa Maria - Cordoba