A partir de los negocios que inició la compañía villamariense BIT SA con empresas chinas, un sinnúmero de empresarios y ejecutivos se han mostrado interesados en saber cómo es posible que una software factory villamariense pueda vender tecnología justamente al gigante asiático. La respuesta no es simple, aunque tampoco se trata de un fenómeno extraño.
Por un lado, la experiencia de BIT en el campo agropecuario fue el trampolín inicial para acercar posiciones. Por otro lado, la necesidad de cambiar la agricultura jugó un importante papel a la hora de que los chinos se decidieran por una compañía argentina. Es que ellos se han planteado un cambio radical en su forma de producción agrícola y nada mejor que buscar lo que ya está hecho cuando los plazos son cortos. Se disminuyen los tiempos de prueba y se evitan las etapas de ensayo y error.
Sucede que el vasto espacio geográfico que ocupa el gigante asiático tiene proporcionalmente una pequeña superficie cultivable. En lo que hace a producción pecuaria, la creatividad y las nuevas tecnologías lograron superar, en una pequeña parte, los escollos de las faltas de tierras. Pero la situación siempre desemboca en la misma dificultad. No sólo deben alimentar a su población, sino también a la producción animal. El resultado: no alcanza ni para unos ni para otros.
Uno de los motivos de la conversión agrícola que tiene proyectada la República Popular de China en los próximos cinco años se relaciona con la necesidad de aumentar dramáticamente la producción granaría. Actualmente existen muchos pequeños y “pequeñísimos” productores que cultivan mínimas extensiones de tierra. Esto redunda en poca tecnología y bajos rindes en función de los potenciales.
Desde el Gobierno Chino se busca que en 2020 pocos productores cultiven grandes extensiones de tierra y, de esa manera, mejorar la productividad. Allí es donde aparece América Latina, con su bagaje de conocimiento, tecnologías aplicadas y experiencia. Allí es donde se abren oportunidades de negocios de toda índole, vinculadas al sector agropecuario.
Así como BIT SA encontró una necesidad china para satisfacer, el profundo cambio agrícola que en poquitos años proyectó el país asiático será un nuevo espacio de negocios para las industrias de nuestra ciudad y región que puedan ofrecer productos y servicios de calidad. La industria agropecuaria regional tendrá en pocos meses una puerta de ingresos para agregar valor a sus productos, a través de necesidades insatisfechas propias de un país con más de mil trescientos millones de habitantes.
Sin embargo, y a pesar de que el sector agropecuario Chino podría describirse como un “terreno virgen” en materia de conocimiento, es indispensable saber que los chinos avanzan rápido y a paso firme, por lo que las oportunidades tendrán fecha de vencimiento.