Llegó al Hotel Amerian en la tarde del viernes, distendido y sonriente. A los 42 años, Ramón Mestre es una de las figuras que el radicalismo tiene en el casillero de los candidatos a gobernador. 

Mientras un grupo de intendentes de su partido lo esperaba para una reunión, el intendente de Córdoba se pidió un té y se mostró dispuesto a responder todas las preguntas sin prisa.

¿Será candidato a gobernador o no será?

Es una aspiración de todo dirigente político gobernar su provincia y por qué no la Nación, pero me parece que hay que ser prudentes, hay todo un proceso. En este caso soy el intendente de la ciudad de Córdoba, una ciudad que es sumamente amplia con muchas actividades y en el marco de los gobiernos locales es la más grande.

Seguramente, llegará el tiempo cuando el gobernador fije la fecha de elecciones y entonces ahí mi partido va a decidir cuáles son las estrategias a tomar y también decidiré cuál va a ser mi futuro político, hoy no lo tengo todavía presente.

No lo tengo resuelto todavía.

¿El acuerdo con el PRO está cerca, medianamente cerca, lejos?

(Sonríe) Creo que es muy importante un acuerdo, en el marco de las posibilidades que se tienen después de 16 años de Unión por Córdoba al frente del Gobierno, creo que es importante la alternancia y un cambio.

Así como en otros momentos he sido muy intransigente defendiendo la identidad partidaria, creo que los cordobeses necesitan imperiosamente la constitución de un frente electoral, esto significa la posibilidad de converger sobre la base de ideas y programas en la posibilidad de construir un frente que tenga chances de competir y lograr el triunfo para llevar adelante los cambios que tanto anhelan y necesitan los cordobeses.

¿Y el Frente Cívico qué rol jugaría? Algunos dicen que usted rompe el frente por sus diferencias con Luis Juez

(Otra vez la sonrisa antes de dar la respuesta) Nosotros estamos dialogando con muchos sectores políticos, de todas maneras, eso lo lleva adelante el comité provincial y luego lo tiene que aprobar el Congreso. Yo soy sólo un dirigente más. Más allá de eso, soy consciente de que tengo mis diferencias con quienes no tengo coincidencias en términos de gestión.

A mí me toca gobernar una ciudad en donde el senador Juez fue intendente y nos dejó una hipoteca, nos dejó un peludo de regalo de 7.500 empleados. 

Para aquellos que gobernamos se nos hace dificultoso tener que enfrentar el pago de los sueldos.

Me parece que sobre esa base las diferencias no son personales (con Juez), son de gestión. Yo no suscribo el populismo. Esas son las diferencias que tengo de converger con una persona que toma decisiones demagógicas y populistas. 

Pero Juez no es el Frente Cívico, el Frente Cívico tiene sectores políticos y sociales con quien sí estoy conversando y también con otros sectores políticos. Nosotros dialogamos con todos.

Si usted no es el candidato a gobernador, ¿qué figura del radicalismo ve con chances?

El radicalismo tiene muchos dirigentes que son importantes. Prefiero que en estos tiempo se hable de cuestiones programáticas, más que hablar de nombres de candidatos.

La Argentina está pasando un momento de incertidumbre y los dirigentes tenemos que tener mucha prudencia, hablar de políticas, de ideas, de cómo vamos a resolver la inseguridad, cómo vamos a resolver los problemas de trabajo...

Hablar de candidatos o de nombres es adelantar los tiempos, hay cosas más importantes.

¿Cómo es su relación con José Manuel de la Sota?

Es muy buena, como tiene que ser, de la misma manera que la tengo con el Gobierno nacional. No dudo que hay que mantener relaciones institucionales serias. Los cordobeses no se merecen que yo esté peleándome, por diferencias partidarias o de criterios, con el gobernador o con la presidenta. Tengo mis diferencias, pero mientras tanto tengo una responsabilidad institucional que hace que tenga que superar esos inconvenientes porque en el medio están mis vecinos y yo trabajo para ellos.

¿Qué análisis hace de la situación provincial y nacional hoy?

En la provincia hay un agotamiento de algunas políticas. Está claro que aquello que se ha venido prometiendo (rutas, gasoducto, viviendas), si no lo resolvieron en 16 años, será muy difícil que lo puedan resolver en los próximos cuatro años. Creo que han tenido más que todo posiciones que tienen que ver con el marketing. Debo reconocer que también tuvieron propuestas superadoras (el Primer Paso, el Boleto Gratuito). No soy de los que creen que hay que pasar una topadora y directamente lo que hicieron no hay que continuarlo.

A nivel nacional, estoy convencido de que viene un cambio de gobierno y esto no tiene que producir miedo. Hay que tener propuestas para llevar adelante los cambios estructurales que el país necesita.

El caso Nisman nos preocupa mucho, al ser un fiscal que estaba investigando a la presidenta y a las máximas autoridades y aparece muerto en su casa, no hace más que lesionar la democracia. Se ponen en juego las instituciones y se pierde la confianza. Por eso la gente tiene miedo, hay mucha incertidumbre. Creo que estos hechos han producido un escozor y espero que la Justicia pueda resolver estos casos y otros tantos más.

Su papá fue el último gobernador radical. ¿Qué le pasó al radicalismo en los últimos años?

Nosotros, después de 16 años, la gente entendió que hacía falta un cambio o una alternancia como está pasando ahora. A la vez, el fallecimiento de mi padre, la defección de Martí en tema de construir un liderazgo, las generaciones que tenían que tomar la posta tal vez no encontraron los caminos, las ideas para que la gente los visualice.

Tal vez no fueron capaces de armar frentes como estamos haciendo ahora. Hoy, todos estamos coincidiendo en construir con otros sectores políticos, que tal vez no tengan que ver con lo ideológico, pero como está la República con los problemas que se suscitan todos los días me parece que es necesario dejar de lado las diferencias doctrinarias y converger en ideas para resolver los problemas

Soy de los que creen en los procesos políticos del peronismo y se lo dice un radical. Pero también entiendo que hoy lo que pululan, lo que ofrecen son usuarios del peronismo. Es decir que usan las políticas que alguna vez enarboló Perón, pero que lamentablemente las han distorsionado.

Por eso muchas veces se habla de que es imposible que gobierne alguien que no es del peronismo. Eso es mentira, yo gobierno la ciudad de Córdoba y soy radical, Macri gobierna la ciudad de Buenos Aires y ha formado una nueva estructura.

A mí me votaron muchos peronistas y a Macri también. Aquí, por los usuarios del peronismo hemos vivido una situación pendular, hemos pasado del ultraliberalismo al máximo estatismo y en el medio, los ciudadanos con inconvenientes y problemas sin resolver.

Por eso es tan importante tener una idea más centrada, más equilibrada y saber que se puede construir con otros sectores.

¿Un acuerdo con el PRO a nivel provincial influiría en las decisiones locales?

Estoy convencido de que en Villa María tenemos una gran oportunidad por lo que ya dije, por la alternancia. Y aquí hay dirigentes muy prestigiosos como Bustamante y otros, pero soy muy respetuoso de lo que decidan ellos.