En la carpa en donde se nuclean los microemprendedores en el recorrido peñero, la mayoría está contenta. Es que luego de más de 10 días en los que se habilitó la muestra peñera, el balance ha sido positivo.
“Es la primera vez que estoy acá, para mí ha sido positivo, ha habido mucha gente, y hubo ventas y mucho movimiento”, contó Susana, quien vende ropa para bebé. La señora lleva apenas un año en la ciudad, y decidió sumarse a los microemprendedores luego de ser invitada por una amiga. “Soy jubilada y buscaba pasar el tiempo, me gusta hacer estas cosas, y como habitualmente vendo por Facebook, me pareció bueno probar venir”, contó.
Patricia Bologno hace vitrofusión y de su puesto cuelgan decenas de adornos. “La gente se ve muy contenta y conforme”, opinó sobre los visitantes. “En mi caso las ventas han sido bastantes, hace tres o cuatro años que estoy con esto y aparte vendo particular también, me suelen hacer muchos pedidos”, dijo mientras saludaba a la gente que se frenaba a observar sus creaciones.
Un caso particular es el de Anita Vega. La señora tiene su puesto lindante a la carpa de microemprendedores, pertenece a éstos, pero decidió, por este festival, cambiar de rubro. “Pertenezco, pero ésta es mi primera vez como panchukera dentro del Festival”, aseguró. Ahora vende panchukes, que son salchichas envueltas en una masa particular. “Dejé la porcelana fría de lado y me puse con la masa, pensé que sería buena idea, porque yo hacía duendes y la comida siempre se vende más”, justificó.
Los Cuchi son una familia de microemprendedores. Bibiana, su marido y su hija tienen un puesto ahí. “Hacemos ropa para grandes, artesanal y pintada a mano; mi hija hace todo lo que es artesanías para chicos, accesorios, como vinchitas, y mi marido este tipo de artesanías también”, contó mientras señalaba los adornos hechos en piedra y hierro.
Bibiana contó que lo que más se vendió fueron las cosas destinadas a los niños. “Para los chicos se vendió cualquier cantidad. El resto, en general, muy bien, la semana pasada hubo mucha gente, sábado y domingo, bajó un poco el lunes y martes, y después ya estuvo bien de nuevo”.
La familia, aclara, no vive exclusivamente de sus creaciones, pero hace 10 años que están dentro de los microemprendedores porque lo disfrutan. “No sólo nos gusta hacer esto, sino que es una forma de recorrer el país. Hemos ido a San Juan, Catamarca, La Rioja”, enumeró.