Son muchos los que van a extrañar el Festival de Peñas y todo lo que se genera a su alrededor. Es que no sólo los aprovecharon para incrementar sus ventas e ingresos los hoteleros y todos aquellos que formaron parte del recorrido peñero, ya sean firmas comerciales como artesanos o microemprendedores, sino que en algunos casos, para los comerciantes habituales de la costanera, el abundante movimiento de gente los benefició.
“Para nosotros fue totalmente beneficioso, se trabajó muy bien”, resumió Micaela desde la panadería Lapana, justo enfrente del Anfiteatro. “De este lado estuvo siempre lleno, el movimiento de gente fue enorme”, apuntó, y remarcó que “anoche (por el domingo) fue el día que más gente hubo, eran muchos de afuera, e imaginate que era la 1 de la mañana y teníamos todas las mesas ocupadas y fácil 40 personas afuera esperando”.
Los puntos gastronómicos algo más alejados del epicentro peñero también gozaron de los visitantes durante el Festival. Por ejemplo, Norberto, desde el restaurant parrilla Fratondi, aseguró que la influencia del Festival “ha sido muy importante” porque “recibimos una muy buena cantidad de gente de afuera”.
Norberto aclaró, sin embargo, que “es cierto que a nosotros nos merma nuestra clientela habitual sobre todo por el tema del estacionamiento, porque a la tarde ya se llena de vehículos temprano, entonces la gente no tiene dónde estacionar, y el que es de Villa María y tiene que dejar el auto a seis o siete cuadras no vino”, pero, de todas formas “sí ha sido muy buena la cantidad de turistas”.
El empresario gastronómico contó de los turistas que recibió que “todos elogiaron la costanera y muchos vinieron a comprar comida y se iban a comerla por ahí”.
“Hubo un hombre que venía con su familia de las sierras y se quedaron un día acá y me decía que el año que viene dos o tres días va a venir a pasarlos acá, por la costanera y el río”, contó como anécdota.
Para Norberto, “que hace muchos años que estoy en esto y en la costanera”, este Festival “ha sido una excepción, por la cantidad de gente que ha venido, fue una barbaridad, más que cualquier otro año”.
Desde la casa de comidas Ponte Vecchio la situación no fue la mejor durante las noches. Evangelina aseguró que “para nosotros fue medio flojo”, pero destacó que durante las tardes y mediodías “se trabajó bastante bien”.
De todas formas, consideró que “cambió bastante nuestro nivel de ventas con respecto a cualquier otra fecha, porque no estamos en la parte donde está la movida”, por lo que no dudó en sentenciar que “a nosotros en cierta forma no nos benefició, de hecho por las noches nos ha quitado clientes”. Finalmente, contó que durante las tardes sí notó mas afluencia de gente y destacó que, sobre todo, provenían de Buenos Aires.
“En los 10 días que duran las peñas y el Festival, haciendo un balance general, yo vendo menos”, sentenció Julio, dueño la lomitería Betos y una heladería Grido.
De hecho, remarcó que “cuando empiezan las peñas vendo menos, pero cuando empieza el Festival aumenta un poco en Betos, pero no en Grido”.
De todas formas, analizó que el clima tampoco fue el más propicio para tomar un helado. “Hay que tener en cuenta que ayer (por el domingo), por ejemplo, fue un día medio atípico porque llovió y no hizo mucho calor como venía haciendo”.
Y, buscando una explicación a esta merma en las ventas, apuntó que “debe ser porque estoy más lejos, por la cantidad de oferta que hay allá y además el producto mío por ahí es un poco más caro y si va una familia a las peñas gasta menos”.