Pasado el mediodía llegó por la ruta 9 a nuestra ciudad Emma Moroncini, la italiana de 91 años que salió a pie desde Tucumán y pretende llegar hasta Luján, por una promesa que no contará, por la paz mundial y por los jóvenes.
Hizo una pausa a poco de llegar, en una parada de colectivos. “Ahora voy a la Municipalidad”, contó, con un humor admirable, una sonrisa enorme y con visibles ganas de continuar su viaje. En la ciudad también fue recibida por la Sociedad Italiana.
La gente se asoma, la ve y le pide tímidamente una foto. Ella sonríe, siempre sonríe.
¿Por qué en Argentina?
“Por el Papa Francisco, todo esto es culpa suya”.
Se ríe mientras lo cuenta y en el poco rato de charla nombrará al Papa en varias ocasiones. “Y también por la Virgen Desatanudos, que cuando tenemos problemas hay que pedirle, que los resuelve todos”, contó, con su voz aniñada.
Emma es de Castiglione delle Stiviere, en la región de Mantua, y cuenta que vino “sola a la Argentina, porque ya soy grande, ja ja”, con un gesto cómplice.
Arrastra un carro en el que hay una valija y algún abrigo. En la espalda del chaleco naranja lleva una imagen del Papa y una virgen. “Lo quiero conocer, espero tener la suerte de hacerlo”, dice sobre Francisco.
No es una improvisada, Emma ya ha realizado caminatas de este tipo por Polonia, Israel, México en tres ocasiones y Brasil. “No salió desde Buenos Aires porque dice que iba a ser corto el recorrido”, aseguró Fani Rossa, una mujer oriunda de Tío Pujio que la acompañó caminando junto a ella al lado de la ruta hasta Villa María.
“No quiere que nadie le lleve su carro, me lo dio cinco minutos y me lo sacó”, se ríe Fani, que compartió todo el miércoles y la describió como “una persona creyente, de mucha fe, que sabe lo que hace, porque no es la primera vez, sólo por la paz y por los jóvenes”.
Emma no sabe cuánto le resta por caminar. “No sé cuándo termino, pienso que un mes más, porque los domingos no camino y sólo por la mañana”. Es que, en realidad, el tiempo que le lleve es lo de menos, lo que valora es otra cosa. “Estoy contenta por la gente que acompaña, policías, amigos”.
Sobre la ruta, unos kilómetros más lejos, frente al nuevo Hospital Pasteur, la esperaba otro grupo de personas.
“Andiamo”, dijo, concluyendo la charla, mientras se levantó, tomó su carro, que dejó “estacionado” al lado de la ruta, y empezó a caminar, ligera. No les dio tiempo siquiera a alistarse a los policías que la escoltan. Una cola de autos y camiones se formó rápidamente tras ella, que con el cuerpo arqueado hacia delante y una sonrisa en la cara camina un metro adentro de la ruta. Tiene unos 520 kilómetros por delante, un regreso a Italia y el sueño de conocer al Papa Francisco por cumplir.
Fotografías: 1) Con 91 años, Emma Moroncini irradia buen humor. Le quedan más de 500 kilómetros por delante
2) La visitante fue nombrada Socia Honoraria de la Sociedad Italiana de nuestra ciudad