Escribe:
Pepo Garay
Deteriorados, sucios, olvidados. Adjetivos todos que sirven para definir el estado de la mayoría de los monumentos villamarienses dedicados a los próceres y figuras históricas de nuestro país y región, que evidencian un panorama lamentable. Así lo pudo constatar EL DIARIO, en un recorrido por los íconos más emblemáticos de nuestra ciudad.
En ese sentido, el caso más representativo es el del Monumento al General Manuel Belgrano. Ubicado en una pequeña explanada, en la intersección de calle Rawson y la extensión de bulevar España (junto al Parque Pereira y Domínguez), la efigie del creador de la Bandera presenta grietas en la nariz, las orejas y la frente, y marcas en los pómulos. Además, le ha sido sustraída la placa, y el mural que da a las espaldas (de latón, con la letra del himno a la bandera) está herrumbrado y repleto de rayones y escrituras.
Similar es la situación del Monumento a los Granaderos, en el otro extremo del Parque (en la salida hacia ruta 9): el soldado que simboliza a las tropas argentinas durante las guerras de la independencia, muestra signos de total desamparo: está desteñido y con rajaduras, el rostro destruido al igual que el brazo izquierdo y el fusil (de metal), oxidado y roto. También le falta la plaqueta que supo decorar un pequeño estandarte de cemento contiguo.
Todavía más penoso resulta el estado del busto dedicado a Martín Miguel de Güemes (Naciones Unidas y bulevar Italia): el rostro y el pecho del referente del Ejército del Norte y héroe de la Guerra Gaucha se encuentran completamente lacerados. El de Sarmiento (plazoleta en la intersección de San Martín y bulevar Sarmiento), en tanto, luce un busto lleno de moho y grietas, placas manchadas y pedestal con sendas fisuras.
Otro monumento castigado es el que homenajea a San Martín (lindero a la gruta y al Reloj de Flores). Si bien la estatua ecuestre del padre de la Patria conserva su buena estampa en las alturas, el pedestal revela cantidad de pintadas hechas con líquido corrector. También faltan algunas plaquetas que fueran colocadas desde la inauguración del espacio, en 1967. Por su parte, la figura del primer presidente de la nación, Bernardino Rivadavia (plaza Independencia), exhibe su hierro manchado, y un soberbio pedestal de estilo art decó vapuleado de rajaduras.
Los “locales”
Mucho mejor es el aspecto que lucen los monumentos de algunos personajes históricos locales. Sobre el particular, hay que nombrar al de Manuel Anselmo Ocampo (avenida Sabattini y San Juan), uno de los pocos de la ciudad que goza de perfecta salud. También se diría lo mismo del consagrado al exgobernador Amadeo Sabattini (Buenos Aires y Sabattini), si no fuera por las tremendas grietas del pedestal.
Del resto del inventario (que no incluye a la innumerable cantidad de esculturas realizadas en las distintas plazoletas de los barrios villamarienses), vale destacar el estado de los siguientes monumentos: Hermana Gabriela Moscoso (bulevar Sarmiento, entre Corrientes y Buenos Aires): agrietado, dedo de mano derecha quebrado. Monumento a los Españoles (bulevar Sarmiento y Buenos Aires), repleto de moho y marcas de grafitis. Angel Diego Márquez (bulevar Cárcano y Dante Alighieri), rayado y despintado. Bernardino Calvo (bulevar Cárcano y Dante Alighieri), despintado y agrietado. Manuel Nicolás Savio (bulevar Sarmiento y avenida Savio) manchas en el busto. Réplica de la Pirámide de Mayo (plaza Independencia), algunos grafitis. Monumento a los Bomberos (intersección de bulevares Sarmiento y Alvear), falta la plaqueta.