“Los dos nacimos en el 88 y el auto es modelo 88. Hace poco, cuando estábamos por Santa Rosa de la Pampa, llegó a los 88 mil kilómetros recorridos. Son muchas coincidencias juntas”, comenta Jeremías Mora a EL DIARIO.
El junto a su pareja Andrea Cazaux partieron de Neuquén capital con el ambicioso anhelo de llegar nada menos que hasta Alaska montados en su Renault 12, bautizado como “Pamperito”. “Le pusimos ese nombre en honor al caballo de Patoruzito, que en la tira era un indio patagónico. Su caballo era inteligente y no dejaba que se suba cualquiera. Nuestro auto también es muy noble y fiel. Cuando tiene poco aceite se para y no sigue como otros hasta que se te funda”, acota Jeremías. El, neuquino de nacimiento, es fotógrafo de profesión y ella, oriunda de Saladillo, es ama de casa y exempleada de comercio. Se conocieron tres años atrás en una fiesta de salsa. Ambos son afectos a la cultura vegana. “A los pocos años nos fuimos a vivir juntos y empezamos a viajar”, agrega Andrea.
“Primero fuimos a Caviahue y Villa Pehuenia (ambos en Neuquén). En los cerros, cuando otros autos modernos se quedaban a un costado, el Pamperito seguía como si nada”, recuerda orgulloso el dueño. Luego recorrerían Chubut, Puerto Madryn y un periplo de cuatro mil km que comprendió Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. En el ínterin les picó el bichito de mudarse. “En un primer momento pensábamos en irnos hasta Ecuador. Queríamos irnos del país. Cuando nos metimos en el mundo de los viajeros para ver hasta dónde habían llegado con un R12 descubrimos que había uno que llegó hasta Alaska. Así que dijimos por qué no nosotros también y por qué no el mundo entero”. El intento inicial de partida fue el pasado 20 de julio, Día del Amigo. Conocerían el Litoral y el país hermano de Uruguay.
En octubre, llegando a Rosario, les ocurre un feliz imprevisto. Nacieron, ochomesinas, sus hijas mellizas Osiris y Lórien. Debido a una hernia inguinal de una de ellas debieron volver a Neuquén. Por ello, el 10 de febrero pasado retomaron el increíble proyecto. “El auto no quiere regresar. Cada vez que volvemos se le pincha una goma o le pasa algo. Así que ya estaba decidido”, señaló Jeremías. Arribaron a Villa María por intermedio de Carina, una futura viajera que en 2017 intentará recorrer Sudamérica junto a su marido en un jeep. Esta tarde, la intrépida familia estará en la costa ofreciendo los trabajos de fotografía y gráfica que desarrolla Jeremías.
