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El bebé comienza a moverse entre la semana 7 y la 15 |
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Muchas veces las mujeres cuando estamos embarazadas nos quejamos de los movimientos bruscos del bebé y de lo doloroso que pueden ser sobre todo al final del embarazo. Pero la realidad es que estos movimientos son una verdadera bendición ya que te están expresando lo saludable que está tu bebé.
Antes de que puedas percibir los movimientos de tu bebé él ya está nadando en el líquido amniótico; se toca la carita, hace piruetas y más ¡se mueve todo el tiempo! El bebé comienza a moverse entre la semana 7 y la 15, aunque si es tu primer embarazo podrás percibirlo recién entre la semana 20 y 24.
Entre estas semanas de gestación comenzarás a sentir los movimientos del bebé y es por la noche o en los momentos de relajación en donde lo sentirás moverse más ya que estás más atenta a todo lo que pasa en tu cuerpo; y después de comer. Los movimientos que se sienten en estas semanas del embarazo son difíciles de describir generalmente cuando escuchamos a una mamá contar cómo son los movimientos, dice que parecen tener un burbujeo o mariposas en la pancita.
Al final del embarazo el bebé se mueve como puede en el espacio que le queda (él ya ocupó todo el útero y tiene menos cantidad de líquido amniótico), la mamá siente pataditas y codazos.
Desde que comenzás a percibir los movimientos de tu bebé y hasta el final del embarazo los movimientos fetales se convertirán en el lenguaje que tu hijo tendrá con vos. Por medio de estos movimientos él te está demostrando lo bien que está y si no se mueve por un período largo (todo un día) seguramente querrá llamar tu atención y contarte mediante este hecho que algo está pasando que no lo hace estar cómodo y vigoroso.
A partir de la semana 32 y hasta el final del embarazo deberías contar los movimientos diarios de tu bebé. Para eso existen dos métodos que te voy a enseñar.
El primero es el “Método de Cardiff”: se trata de elegir una hora del día en la que puedas prestar mucha atención a tu pancita, por ejemplo a las nueve de la mañana y desde ahí comenzar con el conteo de los movimientos. El bebé debe moverse por lo menos diez veces en el día desde la hora elegida hasta pasadas doce horas. Si los movimientos percibidos son menos de diez se debe anotar en una hoja el número exacto de movimientos que hizo tu bebé en el día y repetir el procedimiento al día siguiente. Si tu bebé no aumentó el número de veces que se movió debés contarle a tu médico y asistir a una consulta. Tu ginecólogo seguramente indicará algún estudio que compruebe la salud del bebé en el útero materno y las causas de la falta de movimientos o la debilidad de los mismos. Según el resultado de los estudios se determinará si el embarazo sigue adelante o se aconseja hacer el parto o cesárea.
El segundo método se llama “Método de Valentín”: este conteo comienza desde la semana 28 y se hace también hasta el final del embarazo. El conteo se hace cada noche al acostarse y se cuentan los movimientos que tiene el bebé en quince minutos y se anotan los resultados en una grilla que tiene en cuenta cada noche desde la primera en la que se comenzó a contar. A los cinco días se calcula un número medio de movimientos del bebé. Para sacar este número debés sumar los movimientos que tuvo tu bebé en total durante las cinco noches y dividir el resultado por cinco.
Si durante el tiempo posterior al primer conteo notas que tu bebé se mueve menos del treinta por ciento del número medio durante dos noches consecutivas, debés comunicárselo a tu médico lo antes posible.
Para estimular los movimientos del bebé, un muy buen truco es comer algo dulce, ya que este aporte de glucosa hará que se mueva con más intensidad. Otra forma de estimular a tu bebé para que se mueva es utilizar el músculo diafragmático: hacé una inspiración profunda que hagan que tu pancita se infle (como la que utilizarás en el trabajo de parto) el diafragma empuja al útero y a su ves éste empuja al bebé quien responderá a cada una de tus respiraciones.
Existen también estímulos externos que hacen que el bebé responda, como es el tono de la voz del papá o de alguna persona allegada a la embarazada y que le hable al bebé todos los días y a la misma hora, los mimos a la panza, los sonidos fuertes y la música (sobre todo las instrumentales).
Los movimientos de tu bebé te expresan su salud, su bienestar y su presencia. Cada vez que estimulás a tu bebé le estás contando cuánto lo querés.
Cada embarazo tiene una magia especial y cada uno es diferente del otro, si estás esperando tu primer bebé, es muy lindo dedicarle tiempo a tu pancita para disfrutarla y vivenciarla cada semana, día y minuto. Si éste es tú segundo o tercer embarazo no te lo pierdas, también es único e irrepetible; por las noches un ratito antes de cerrar los ojos, una caricia a la panza y una canción de cuna es una buena forma de contarle a tu bebé que lo estás esperando.
Viviana de los Ríos
Preparadora de Partos
Taller Gestación
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