Edicion: 2015-07-01
Hoy en Tapa de Papel | Ediciones Anteriores
NOTICIAS SUPLEMENTOS SERVICIOS CONTACTO QUIENES SOMOS
Portada  »  El Diario Viajero  »  La marca de los jesuitas
1 de Marzo de 2015
DESTINOS / Misiones / San Ignacio
La marca de los jesuitas
El poblado destaca por las añejas y atrapantes ruinas que dejaron los miembros de la Compañía de Jesús. Verdadero tesoro histórico que vive rodeado de selva, abundantes ríos, blancos e indígenas mbyá
Compartir Compartir Imprimir

Escribe Pepo Garay

Especial para EL DIARIO

Ubicada en el suroeste de Misiones, San Ignacio es conocido por sus famosas ruinas, las que quedaron de las reducciones jesuíticas y que enaltecen el paso del tiempo con unas estructuras soberbias, que hablan mucho desde el silencio y el vacío, desde la inmortalidad. Pero este pueblo dormilón tiene algo más que mostrar en su contexto de tierra roja y selva. El paso del río Paraná y las playas que se le acuestan al lado es una de ellas. El Parque Provincial Teyucuaré, otra. La sabia de los indígenas guaraníes que apenas hablan castellano y suelen revolotear el centro en pies descalzos, también.  
En la médula de la localidad, rodeada de la simpatía franca de siete mil paisanos, las Ruinas de San Ignacio Mini le lanzan al viajero que sepa admirarlas toda su impronta y lo deslumbran. “Al viajero que sepa admirarlas”, dijimos, porque habrá quien las observe con desdén y cara de “¿era esto?”, de frente a unos paredones agrietados y mustios. El ojo penetrante y el corazón amante del latir, en cambio, se pierden en una contemplación eterna que nace en 1696, cuando la reducción se instaló en este parque hechicero, escapando del asedio de bandeirantes y mamelucos brasileños.  
San Ignacio es una de las 30 misiones levantadas por la Compañía de Jesús en la llamada Provincia Jesuítica de Misiones (desplegadas en los actuales territorios de Argentina, Brasil Y Paraguay). Allí, residía una población permanente de aproximadamente tres mil habitantes compuesta en su mayoría por indios guaraníes y en su minoría por religiosos llegados de España con la convicción de que la palabra de dios debía ser repartida por el mundo. Mixtura cultural notable, utopía de unión pacífica de dos mundos -pero regenteada por blancos, claro-, la aldea se desarrollaba en un mapa de plaza central rodeada a tres lados por viviendas (la de los nativos) y en el frente por una iglesia monumental y una estructura que incluía las habitaciones de los padres, el patio del colegio, el cabildo y los talleres.     
Hoy, el complejo sobrevive a partir de muros gloriosos, lo que quedó de aquel milagro luego de tantos ataques (los jesuitas fueron expulsados del lugar y del continente en 1768). Patrimonio de la Humanidad, el parque emociona sólo con eso, con las piedras sobre piedras, las columnas añejas, los detalles de arte barroco. El resto lo hace el aura histórica, los paneles esmerados en información y un museo que en la entrada cumple con su rol educativo más que satisfactoriamente.
 
La calma provinciana
Fuera de las ruinas, el pueblo respira con calma provinciana, calles de tierra y mucha austeridad en el pasar. Lo dicen los mbyá vestidos en retazos que, tirados en una esquina, intentan vender pequeños helechos con un castellano muy cortito, tan distinto a la lengua que hablan en las casas, allá en los montes. Los dueños del puñado de restaurantes y hoteles, por su parte, aconsejan marchar hacia el Parque Provincial Teyucuaré (unos 8 kilómetros desde la plaza) y admirar la nostalgia de ese peñón rodeado de selva, de mil pájaros cantores y yacarés y monos invisibles. Paisaje que conquistó al escritor Horacio Quiroga, quién por allí tenía su casa (hoy museo). 
Cerquita pasa el río Paraná y el arroyo Yabebirí. Emblemas de la abundancia de la región que dan vida a algunas playas bonitas, la Del Sol y la Boca, por caso. En la contemplación del agua, los arbolazos, la arena y los barquitos pesqueros, se matan a tereré los locales. Siempre atentos, convidan el elíxir, que lo llena a uno de mística autóctona.


 

Otras notas de la seccion El Diario Viajero
  • Una alternativa a Puerto Madryn
  • Lo árido y lo verde haciendo magia
  • Mortadela estaba el mar
  • La gran maravilla de Oceanía
  • Ver, sentir y admirar


  • Humor
    Noticias » Locales » Regionales » Policiales y Judiciales » Deportes » Culturales » Especiales » Opiniones
    Suplementos » Tiempo de Salud » Arquitectura » Horas Libres » Rural » Cultura » Viajes »
    Archivo formato anterior » 2001 » 2002 » 2003 » 2004 » 2005 » 2006 » 2007 » 2008
    Servicios » Fúnebres » Clima »
    REPORTÁ UNA NOTICIA

    Si tenés una noticia comunicate
    E-mail: lector.escribe@eldiariocba.com.ar
    Teléfono: 0353-4523976 (Redacción)
    PUBLICIDAD

    E-mail: publicidad@eldiariocba.com.ar
    Teléfono: 0353-4523976 (Publicidad)
    Celular: 0353-154199702
    NUESTROS DATOS

    El Diario del Centro del País es editado por la Cooperativa Comunicar en Periodistas Argentinos 466/474, ciudad de Villa María, República Argentina
    Teléfonos: 0353-4523976 y 0353-4613126
    E-mail: eldiario@eldiariocba.com.ar

    Copyright 2008-2024 Cooperativa Comunicar.   WfxGroup - Administracion de publicidad para sitios de alto trafico - Villa Maria - Cordoba WfxGroup - Diseño y programacion Web - Villa Maria - Cordoba