Escribe: Pablo Luna Broggi
Alumni debía revalidar lo realizado ante Villa Argentina de Marcos Juárez en la fecha pasada, a quien venció 4 a 3, con justicia pero con demasiada incomodidad. Los goleaba 3 a 0 sin sobresaltos y demostrando su jerarquía, pero en el segundo tiempo se quedó y no solo que lo ganó con lo justo, sino que por poco no lo perdió.
El objetivo de ganar lo había cumplido, pero debía demostrar que esa media hora de buen juego no era casualidad. Así esperaba al rezagado Sportivo Pozo del Molle.
El cotejo comenzó con un remate certero de Cristian Ullua, a los 30 segundos, que se fue muy cerca del ángulo izquierdo de Leonel Luciani. El visitante avisaba rápidamente y planteaba la disputa del balón lejos de su arco.
El local mantuvo la calma, supo manejar el embate inicial del rival y comenzó a manejar el encuentro. La ansiedad era enemiga del Albirrojo y no le permitía culminar de la mejor manera las jugadas creadas desde la línea de fondo, la cual a partir de los 10 minutos comenzó a mostrarse muy firme y compacta.
Federico Chiocarello fue el primer jugador fortinero en insinuar las intensiones ofensivas del equipo. A los 9’ desperdició un mano a mano ante Maggi, quien lo “atoró” rápidamente, y minutos más tarde cabeceó defectuosamente un centro de Valle.
La insistencia de Alumni se plasmó en la red a los 24 minutos con un gran centro de Hugo Yocca que Chiocarello empujó al fondo del arco, ingresando por detrás del arquero visitante.
La tranquilidad de la apertura del marcador mostró la mejor cara de Alumni. A partir del gol, los de Bengoa se hicieron dueños de las acciones del cotejo y demostraron todo su repertorio.
Pasada la media hora de juego, la fórmula volvió a repetirse y el “Fortinero” estiró la diferencia en el marcador. Yocca desbordó una vez más, envió el centro para que Chiocarello definiera exquisitamente de taco. Diez minutos más tarde el local volvió a humillar a su rival decretando el 3 a 0 con otra definición lírica: Valle sorteó sin dificultades a su marca por izquierda, enfrentó al arquero y se la picó, para que Federico Depetris la empuje a la red.
El primer tiempo mostró una gran diferencia, en el resultado y en el juego, entre los dos equipos. Sin embargo, los hinchas locales estaban incómodos: todavía estaba bastante fresco el partido anterior en donde la gran diferencia había quedado exigua.
Para peor, a los 11 minutos del complemento, el mejor jugador de Sportivo, Nicolás Ullua “desenfundó” un soberbio remate que se coló en el ángulo derecho a Luciani, que nada pudo hacer para evitar el descuento del “Rojo”. Los fantasmas aparecían en Plaza Ocampo.
Sin embargo, los dirigidos por Juan Vega no tenían con qué lastimar al “Fortinero”. El gol fue producto de una gran virtud del 10 rojo, pero el juego de su equipo no podía inquietar al plantel villamariense.
Las cifras definitivas del partido se pusieron sobre el final, cuando Federico Depetris le devolvió la gentileza a Valle y lo asistió para que decretara el 4 a 1 definitivo.
La figura
Daniel Ramírez
Fue el director de una orquesta que interpretó de la mejor manera lo que él quiso. La claridad y visión de juego de Ramírez fueron la clave del triunfo “fortinero”. Además, Hugo Yocca nuevamente demostró su jerarquía, estuvo firme en defensa y asistió a Chiocarello en los dos goles.
El árbitro
Eduardo Rodríguez
Dirigió bien. No tuvo mayores inconvenientes, en un partido jugado limpiamente, a excepción de un golpe de puño de un jugador de la visita que, al parecer, no fue visto por los asistentes.
La frase
Nosotros por suerte estamos en un gran nivel, pero no tenemos que relajarnos y seguir trabajando, sobre todo para tratar de mantener la valla en cero. De esta forma lograremos los objetivos planteados”.
Nahuel Caler