Paola Verónica Ortiz (31), la joven mujer que está acusada de haber arrojado en el Parque de Villa Nueva el cuerpo sin vida de una niña que había dado a luz cinco días antes en su casa de barrio Residencial América, quedó ayer a las puertas de una segura condena, luego que varios testigos complicaran seriamente su situación procesal.
Entre todos los testimonios que se escucharon en la sala de audiencias de la Cámara del Crimen local, el del médico forense Gustavo Federico Rodríguez fue lapidario: “La criatura nació con vida”.
En base a los resultados de la autopsia que practicó sobre el cadáver de la niña la misma noche que fue hallada, el 5 de noviembre de 2012, el facultativo aseguró que “nació con latidos positivos” y que falleció “después de salir del cuerpo de la madre”.
Esta afirmación, basada en sólidos fundamentos científicos, dejó a Ortiz a un paso de ser declarada culpable por la muerte de la criatura nacida el 31 de octubre de aquel mismo año, aunque resta conocerse la pena que le impondrán.
Calificación legal
Cabe recordar que la mujer está siendo juzgada como presunta autora de “homicidio calificado por el vínculo”, pero no se descarta que el tribunal pueda cambiar esa calificación legal e imponerle una sanción por “abandono de persona seguido de muerte, agravado por el vínculo”.
Esa fue la carátula original de la causa al momento de ser elevada a juicio por el exfiscal de Instrucción Félix Martínez, en agosto del año pasado. Sin embargo, cuando el expediente llegó a la Cámara, el fiscal Francisco Márquez opinó que el hecho encuadraba en la figura del “homicidio calificado”, el más grave de los delitos contemplados por el Código Penal de la Nación.
Esto quiere decir que si Ortiz es hallada culpable del hecho tal como viene acusada, la única sanción posible es la prisión perpetua. Pero si los jueces René Gandarillas (presidente del tribunal), Silvia Saslavsky de Camandone y Osvaldo Samuel consideran que se trató de un “abandono de persona seguido de muerte, calificado”, la condena a imponer estará entre los seis años y ocho meses y los 20 años de prisión.
Siete testigos
La segunda audiencia de debate de este juicio oral y público que comenzó el lunes y concluirá mañana con los alegatos y el dictado de la sentencia, se inició apenas pasadas las 10 y terminó minutos antes de las 17, luego de receptarse siete testimonios.
La primera en declarar fue Jésica Paola Jara, una joven villanovense que fue amiga de Ortiz durante algunos años e incluso llegaron a vivir juntas por espacio de tres meses, poco tiempo antes de que fuera encontrado el cuerpo de la beba a la vera del río Ctalamochita.
Tras señalar que se habían conocido en 2009, en la escuela a la que iban sus hijos, la testigo relató detalles de una sorprendente conversación que había mantenido con la acusada alrededor de un mes y medio antes del sórdido episodio.
“Una semana antes de mi cumpleaños (septiembre de 2012), me contó que estaba embarazada de una nena, pero que iba a tener sólo 15 minutos de vida porque el médico que la atendía le dijo que la criatura no tenía ojos, nariz ni boca”, indicó Jara, aunque luego aclaró que nunca le creyó esa insólita explicación.
Tiempo antes, la propia Ortiz le había negado reiteradamente que estuviera encinta y que la panza prominente que tenía era producto de “un bolo fecal”.
El 6 de noviembre de 2012, cuando Jara se enteró del hallazgo de un bebé muerto en el Parque de Villa Nueva, fue hasta la casa de Paola junto a su amiga Yamila Natalia Rodríguez, quien también sabía del embarazo.
Las dos le preguntaron si era de ella, pero como Ortiz siguió negando todo, se produjo una discusión que terminó cuando ambas mujeres le advirtieron que irían a la Policía a denunciar que estaba involucrada en el conmovedor episodio.
Por su parte, al declarar en la sala del quinto piso de Tribunales, Yamila efectuó un relato de similares características al de Jara, aunque negó haber sido amiga de la acusada (“sólo conocidas”, respondió ante una pregunta del fiscal). También contó que Ortiz le había dicho que estaba embarazada de una nena “que no tenía cara”, por lo que no sobreviviría demasiado. Y del mismo modo que Jésica, no le creyó.
Macabro hallazgo
El tercer testigo de la jornada fue Juan Carlos Pacheco, el vecino villanovense que encontró el cadáver de la niña en avanzado estado de descomposición.
Sostuvo que aquel lunes había ido al Parque de la vecina ciudad a comer un asado con su familia y que luego se acercó al río para “mojarrear” con sus hijos. Fue entonces cuando sintió olor feo y encontró muchas moscas. Con un palo corrió unos yuyos y vio una bolsa plástica de color negro, de esas que se usan para almacenar arena, de la cual salían las piernitas de un bebé.
“Estaba embolsado desde arriba”, precisó Pacheco, quien concluyó señalando que inmediatamente dio aviso a la Policía, cuyos efectivos llegaron rápidamente al lugar.
Un breve romance
Posteriormente compareció Gustavo Gabriel Godoy, un exremisero de Villa Nueva que admitió haber tenido un romance con Ortiz varios meses antes del lamentable suceso.
“La conocía del barrio y la llevé un par de veces en el remís, una vez a un cumpleaños y otra vez al centro. Después tuvimos unos encuentros, pero más de eso no pasó”, señaló Godoy al ser interrogado por el fiscal Márquez.
El testigo negó haber sabido que Paola estaba embarazada e incluso dijo que durante la investigación del hecho pidió que le hicieran un análisis de ADN porque estaba seguro que la beba hallada muerta no era suya. “¿Por qué estaba tan seguro?”, inquirió el fiscal, a lo que Godoy respondió: “Porque yo me cuidé”.
El suegro
El quinto testigo de la jornada fue Aldo Jorge Moreno, suegro de Ortiz, en cuya vivienda estaba radicada su nuera al momento de producirse el alumbramiento. Incluso fue allí donde la mujer escondió el cadáver de la criatura adentro de una mesita de luz, envuelto con una bolsa de tela y por espacio de cinco días, lapso durante el cual lo limpiaba periódicamente con lavandina para que no despidiera olores.
Moreno dijo que cuando su hijo mayor y Paola se separaron, en 2008, él le permitió que siguiera viviendo en su casa de cortada Carlos Pellegrini 862, junto a sus tres hijos, una nena que actualmente tiene 13 años y dos varones de 11 y 8. Tiempo después, los primeros se fueron con su padre y sólo siguió en la casa el más pequeño.
Relató también que un par de veces le dijo que creía que estaba embarazada, pero ella se lo negó. Y después del hecho, cuando la Policía allanó el inmueble, supo que encontraron una faja negra que Paola utilizaba para disimular la panza.
El exmarido
El penúltimo testigo fue el exesposo de Ortiz, Ricardo Daniel Moreno, quien refirió que se enteró del embarazo por la hija mayor de la pareja. Incluso agregó que cuando se conoció la noticia del hallazgo del bebé en el Parque, encontró a la nena llorando en la habitación.
“¡Hizo lo mismo que hizo la otra vez!”, le dijo la menor entre sollozos, y le contó que alrededor de un año y medio antes había presenciado otro nacimiento en la casa de cortada Pellegrini.
Moreno dijo que su hija le contó que Ortiz “se tocaba sus partes y le decía ‘gritá, gritá’, y que luego de unos minutos vio que salió (de la vagina) una bolita de sangre… era un bebé”.
El testigo continuó señalando que la niña le dijo: “Me hizo traer una bolsa y lo metió adentro; al rato fuimos al río y lo tiró (al bebé), y se lo llevó el agua”.
Cabe señalar que este otro hecho descripto por la hija de Moreno y Ortiz nunca fue investigado y no se descarta que en la etapa final del juicio oral puedan producirse novedades al respecto.
Al final, el forense
El último en declarar fue el forense Gustavo Rodríguez, quien brindó un pormenorizado informe de la autopsia, sobre todo con explicaciones médicas que confirman que la beba hallada en el Parque no murió producto de un abordo, sino a poco de haber nacido. Esta circunstancia es, precisamente, la que compromete seriamente la situación legal de Ortiz.
Durante su exposición, precisó que la criatura había pesado entre 2,800 y 3,200 kilos, medía 48 centímetros y tenía entre 37 y 38 semanas de gestación, por lo que se había tratado de un embarazo “en término”.
El cadáver se hallaba en avanzado estado de descomposición y permanecía unido a la placenta por el cordón umbilical.
También brindó un informe sobre el examen médico y ginecológico que le realizó a Ortiz el 7 de noviembre, cuando se hallaba internada en el Hospital Regional Pasteur.
Fotos
1-El forense no dejó lugar a dudas: “La criatura nació con vida”. La acusada lloró en reiteradas oportunidades
2-Juan Carlos Pacheco fue quien encontró el cadáver de la criatura, en horas de la tarde del lunes 5 de noviembre de 2012, cuando fue al Parque de Villa Nueva a comer un asado con su familia. Detrás de él aparece el secretario Guillermo Picco
3-De izquierda a derecha, Gustavo Godoy, Ricardo Moreno y Aldo Moreno. El primero mantuvo una breve relación con Paola Ortiz algunos meses antes del sórdido episodio, y los restantes son el exesposo y el suegro de la joven mujer, respectivamente
4-Yamila Rodríguez (izquierda) y Jésica Jara, las amigas que le recriminaron a Ortiz haber arrojado a la beba