Entre septiembre de 1992, cuando la Justicia villamariense dictó por primera vez una prisión perpetua, y la jornada de ayer, con la condena a Paola Ortiz, 12 personas (nueve hombres y tres mujeres) recibieron la pena máxima en el Palacio de Justicia local en 10 juicios orales y públicos, siete de los cuales se realizaron desde 2006 con la intervención de jurados populares.
A continuación, y en orden cronológico, hacemos un repaso de los aspectos más relevantes de cada uno de los referidos procesos:
Doble crimen en Cabral
El 11 de septiembre de 1992, los jueces Víctor Hochsprung, César Montiel y Roberto Blanco (ya fallecidos) condenaron a Miguel Angel Alvarez a la pena máxima, que por entonces representaba 25 años de cárcel.
Quince meses antes, el domingo 9 de junio de 1991, Alvarez (por entonces de 28 años) pasó frente a la casa de su exesposa, en Arroyo Cabral, vio una bicicleta en el frente, fue a buscar una carabina con balas huecas y regresó.
Al entrar a la vivienda, encontró a Zonia Serrano (32) conversando con Lucio Gutiérrez (26), sentados a la mesa de la cocina. Hubo una discusión, gritos y cinco disparos acabaron rápidamente con la pelea. A ella la mató en el acto de un balazo en la cabeza y dos en el cuello, mientras que el joven recibió dos impactos en el cuello y dejó de existir unos minutos después.
La pareja estaba separada, por lo que la mujer había comenzado una relación sentimental con Gutiérrez, un joven radicado en Pampayasta Sud.
En 1993, el Gobierno de la Provincia dictó una conmutación general de penas, que para el caso de Alvarez le significó bajar la perpetua a 22 años. Así, el vecino cabralense salió de la cárcel a mediados de junio de 2006 tras cumplir los dos tercios de la condena aplicada.
Sin embargo, en noviembre de ese mismo año volvió a ser detenido por un caso de violencia familiar. Así, Alvarez llegó nuevamente a juicio y el 27 de febrero de 2007 se le impusieron dos años de prisión, pero como tenía pendiente parte de aquella condena de 22 años, se le unificaron ambas sentencias en una pena única de 23 años de cárcel.
El “caso La Furcada”
Uno de los episodios más conmovedores y emblemáticos de la historia judicial villamariense fue el que se sustanció por el brutal crimen de Paolo Sebastián La Furcada, de tan sólo 12 años.
Asesinado a golpes el 4 de agosto de 1997 en su casa de barrio San Martín, Paolo fue sepultado vivo a la vera de la ruta provincial 4, a unos 2.000 metros del cruce con la 2. Dos días después fueron detenidos y procesados la abuelastra del menor, Ramona María Cabrera, y su expareja, Carlos Torchio.
El 13 octubre de 1998, los dos fueron condenados a la pena de “reclusión perpetua, con más la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado”, tras ser declarados coautores del delito de “homicidio calificado por alevosía”.
Torchio murió en la cárcel el 12 de marzo de 2005, a la edad de 85 años. La mujer ya tiene 78 y continúa en el penal de barrio Belgrano porque se le denegó la prisión domiciliaria.
Feroz crimen en Roca
En marzo de 2003 la Cámara del Crimen local juzgó a tres hombres y una joven por el feroz crimen del industrial metalúrgico bellvillense Norberto Pedro Dutto, ocurrido el 8 de enero de 1998 luego de ser secuestrado.
El viernes 14 de ese mes y año, al cabo de 10 audiencias de debate, los rosarinos Aldo Alberto “El Turco” Juri (hoy tiene 56 años) y Raúl Alejandro Quinteros (55) fueron declarados culpables de “homicidio doblemente calificado, por alevosía y pluralidad de agentes”, y se les impuso la pena máxima.
El empresario fue asesinado de un balazo en la cabeza y luego incinerado en el baúl de su automóvil Mercedes Benz, en un descampado rural cercano a la localidad de General Roca, en el sudeste provincial.
El primero con jurado
El 8 de mayo de 2006, al cabo del primer juicio por jurado que se realizó en Villa María tras la sanción de la Ley Provincial de Jurados Populares, la Cámara del Crimen y los ciudadanos que participaron de aquel histórico proceso oral declararon a Ariel Luis Roa autor de “homicidio doblemente calificado, por alevosía y críminis causa” (ocultar otro delito, en este caso el robo) y le impusieron la pena de prisión perpetua.
En fallo unánime de jueces y jurados, Roa, actualmente de 36 años, fue condenado por el cruento asesinato de la remisera Graciela del Valle Saine (43), ocurrido la noche del 23 de abril de 2004 en Villa Nueva, donde fue ultimada de 11 puñaladas en inmediaciones de la cancha de Asociación Española.
“Pachequito” Moreno
El 26 de junio de 2012, en otra sentencia unánime, la Justicia villamariense condenó a Franco Ezequiel “Pachequito” Moreno (26) a la pena máxima, tras declararlo culpable del “homicidio calificado por alevosía” de Pablo Ezequiel Centeno (19).
El crimen se produjo la noche del 5 de marzo de 2011, en barrio San Nicolás, donde Moreno atacó por la espalda y a traición a su “enemigo” de toda la vida, asestándole una puñalada que acabó con su vida pocos minutos más tarde.
Dos niños degollados
El 13 de septiembre de ese mismo año, en un nuevo fallo unánime de jueces y jurados, se le impuso prisión perpetua a María Soledad Oliva Paradela (31), luego de ser declarada culpable de “homicidio doblemente calificado, por el vínculo y por alevosía, reiterado”, de sus dos pequeños hijos.
El truculento hecho por el que fue condenada la joven mujer se produjo en horas de la madrugada del 16 de diciembre de 2010, cuando con una cuchilla de cocina degolló a los niños Andrés Samuel Lozano (de 5 años) y Lucas David Lozano (de siete meses), mientras dormían en su casa de barrio La Floresta, Villa Nueva.
Ahorcada en Pampayasta
El 5 de diciembre de 2012, Daniel Rafael Andrada (57) fue condenado por el “homicidio calificado por alevosía” de quien era su concubina, Susana Esther Medina (52), a la que ultimó ahorcándola con un cable en la vivienda que ocupaban en Pampayasta Sud, la noche del 2 de marzo de 2011.
Como en los casos anteriores, el veredicto de jueces técnicos y jurados populares también fue unánime.
Cristian Moschitari
En tanto, el 5 de septiembre de 2013 la Cámara del Crimen villamariense, también constituida con jurados populares, le impuso le pena máxima a Cristian Sebastián Moschitari (40) por el femicidio de Claudia Analía Rodríguez (36), ocurrido casi dos años antes frente a una escuela y a pocos metros de la Municipalidad.
En efecto, a media mañana del jueves 29 de septiembre de 2011, ante la presencia de numerosos testigos y frente al Instituto Rivadavia, Moschitari asesinó a mazazos a quien había sido su pareja y con la que tuvo dos hijos, en un crimen atroz que aún hoy conmueve a la opinión pública por sus sanguinarias características.
Juan Pagliarone
La penúltima prisión perpetua dictada por la Justicia local data del 30 de junio de 2014 y fue para Juan Atilio Pagliarone (86), quien en un juicio por jurado de trámite abreviado (el primero de esas características por confesión del acusado), fue declarado culpable del “homicidio doblemente calificado, por el vínculo y por uso de un arma de fuego”, de Rosa Ramona Santopolo (76), con la que estaba casado en segundas nupcias.
En horas de la siesta del 5 de febrero de 2013 y tras una violenta discusión por cuestiones de juego, Santopolo se negó a darle dinero y recibió como respuesta tres balazos calibre 22, uno de los cuales le perforó el tórax y le causó la muerte en pocos minutos.