Puedo ver las fotos? Para ver si salgo bien”, pregunta Jorgelina Agüero, con la impronta de una adolescente coqueta apenas terminaba de contar que quiere ser campeona del mundo, como la “Tigresa” Acuña.
Ella es una de las tantas chicas que practican boxeo en la ciudad. Tiene 15 años y hace unos dos años pisó un gimnasio por primera vez, totalmente convencida de que era lo que le gustaba hacer.
De frases cortas, pero conceptos firmes, la joven relata cómo es entrometerse en un lugar que tiempo atrás estaba reservado a los hombres, pero que actualmente tiene cada vez más perfume de mujer.
“La Leona”, apodo que ella misma eligió, reconoce que por practicar boxeo tiene que soportar cosas como “que te digan que sos una marimacho o cargadas, en realidad, te dicen de todo y te la tenés que bancar”, pero la clave está en “no llevarle el apunte, me da lo mismo lo que me digan”.
De hecho, Jorgelina se anima a aconsejar a otras mujeres que quisieran acercarse a este y otros deportes, pero que no logran dejar atrás algunos prejuicios. “Lo importante es que no se dejen llevar por la vergüenza, los miedos o los comentarios porque si dejan de hacer boxeo por eso, se están perdiendo una oportunidad muy grande”.
Más allá de las virtudes del deporte, el boxeo le ofreció algo más que, quizás, tenga un valor mucho mayor que un buen estado físico. “Ahora me siento bastante más segura que antes; sé que no me voy a dejar tocar por nadie, que puedo defenderme”.
Una larga carrera por delante
Todos los días entrena dos horas, de 18 a 20, y luego se va al colegio. En su casa, afirma Jorgelina, están todos contentos y atentos a la posibilidad que el próximo 27 de marzo pueda subirse al ring por primera vez.
Si bien reconoce que al principio le dio vergüenza entrar al gimnasio donde la mayoría son hombres, ahora confía que “me tratan como a un chico más”. Ricardo Rivera, del gimnasio que lleva su apellido, acompañó a su pupila y la describió así: “La mujer es más agresiva, más sangre caliente. Si bien depende de cada una, pero en el caso de ella tiene un carácter agresivo, notás que no le gusta que le peguen”.
Rivera contó que actualmente en la mayoría de los gimnasios de la ciudad hay chicas entrenando, no sólo aquellas que desean ser boxeadoras, sino que sólo lo eligen como opción para trabajar su cuerpo. “A la mujer se la cuida de otra forma, se hace que se la respete y hay que tratar que no se la golpee, pero te podría decir que debe haber más mujeres que hombres practicándolo”, calcula en entrenador.
“A ninguna mujer le va a gustar que le peguen y mientras más le peguen, más va a querer devolver los golpes”, acotó la Leona. “Quiero ser campeona del mundo y estoy dispuesta a acomodar mi vida al boxeo con tal de que me vaya bien”, adelantó la joven, una de las tantas mujeres que decidieron dejar atrás los miedos para ir detrás de un sueño.