El próximo jueves se conmemora el Día Mundial del Riñón y el Ministerio de Salud de la Córdoba organiza la semana provincial de prevención de la enfermedad renal crónica, ofreciendo información y controles gratuitos en los hospitales.
En ese marco, desde la Dirección de Promoción y Protección de Enfermedades crónicas no transmisibles, se difunde consejos acerca de cómo cuidar los riñones y estar atentos ante una enfermedad “silenciosa”, ya que no presenta síntomas en su etapa inicial. Es por ello que es primordial un chequeo médico periódico.
Sobre la enfermedad renal
Los riñones filtran y eliminan los desechos, exceso de líquidos, regulan la presión arterial y la formación de glóbulos rojos, metabolizan los medicamentos y normalizan el metabolismo de los huesos. Si se enferman, pierden en forma gradual sus funciones. La enfermedad renal en sus inicios no presenta síntomas, ya que habitualmente aparecen en etapas avanzadas; por esto el equipo de salud debe evaluar la función renal antes de que aparezcan dichos síntomas, a través de sencillos estudios de laboratorio en grupos de riesgo.
Las personas más propensas al deterioro de los riñones son las que presentan hipertensión arterial, diabetes, ingieren medicamentos que dañan los riñones, personas que fuman, familiares con enfermedad renal y todos aquellos que tuvieron accidente cerebro vascular, infarto agudo de miocardio y complicaciones arteriales.
El sedentarismo, la escasa ingesta de agua, la mala alimentación, o la falta de actividad física cotidiana acorde a la edad suelen considerarse factores condicionantes de la enfermedad renal.
En Argentina la incidencia de factores de riesgo de esta enfermedad han aumentado significativamente a partir de la Tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, debido al incremento en los índices de sobrepeso, obesidad, diabetes y consumo de sodio.
Consejos útiles
La detección y el tratamiento de la enfermedad renal crónica, en etapas tempranas, pueden evitar o retrasar el avance a situaciones más graves, es por ello que se aconseja:
Realizar un control preventivo a partir de los 55 años de edad.
Mantener una presión arterial menor a 130/80 mm Hg, y en caso de ser diabético o tener proteínas en la orina una presión arterial menor a 120/70.
Iniciar un tratamiento para dejar de fumar.
Controlar la diabetes.
Evitar los medicamentos que pueden dañar tu riñón, como los antiinflamatorios.
Realizar actividad física acorde a tus posibilidades, como caminar rápido, andar en bicicleta, trotar suave durante 30 minutos.
Mantener un peso adecuado.
Regular el consumo de sal; no más de cinco gramos (una cucharadita por día). En las etiquetas de los productos, una cucharadita, equivale a 2.000 mg de sodio (leer las etiquetas para saber cuánto sodio contienen).
Evitar poner el salero en la mesa.
Cocinar sin sal, condimentar con hierbas aromáticas y especias.
Consumir más comidas caseras y menos comidas preelaboradas como prepizzas, hamburguesas, productos de panadería, pastas rellenas, mostaza, ketchup, etcétera).
Evitar los alimentos con alto contenido de sodio, tales como palitos, papitas y maní salado, fiambres, carnes o pescados en lata, cubitos y sopas instantáneas, quesos, salsa de soja entre otros.
Sumar a la dieta diaria frutas y verduras variadas, cinco porciones al día: consumirlas en medio de plato de verduras durante el almuerzo y medio plato en la cena. De postre de dos a tres frutas al día.
Limitar hasta cinco las porciones semanales de carnes rojas y blancas, favoreciendo la protección de los riñones y así mejoran la calidad de vida.
Ante la necesidad, su médico de cabecera evaluará la consulta con un especialista en enfermedades renales; un nefrólogo.
Más información al teléfono (0351) 434-2437 internos 277 / 265.