“Servicio deficiente”
Señor director:
Soy vecino del barrio Vista Verde y me quisiera referir al servicio de riego que presta en dicho sector la Cooperativa “El Sol”, que de por sí es más que deficiente.
Ahora bien, el punto de la cuestión es el siguiente: los villamarienses somos los que aportamos a través de nuestros impuestos el pago de esta concesión.
Con seguridad, la Municipalidad estipula que el servicio de riego se debe realizar todos los días, excepto los días de lluvia, obvio. Pero qué pasa cuando este servicio no se cumple, como ocurrió varios días del mes de febrero, caso concreto el día 24, que en horas de la tarde no pasó ni una sola vez con lo que esto representa para los vecinos que tenemos que soportar nubes de tierra.
La pregunta que me hago es la siguiente: la Municipalidad liquida normalmente el servicio concesionado, a pesar de que no se presta el mismo o es más que deficiente. De ser así, ¿los vecinos estamos pagando algo que no se hace o se hace mal, mientras los señores de la concesión cobran algo indebido?, ¿la Municipalidad controla que estos servicios se presten como corresponde?
Juan Carlos Sosa
DNI: 8.439.041
Políticos… ¿improvisados y sin propuestas concretas?
Este año 2015 estará jalonado por una serie de elecciones. En demasiadas oportunidades seremos “obligados” a votar a quiénes queremos que nos gobiernen y, la primera de ellas, ya tuvo lugar en la provincia de Mendoza el pasado domingo 22 de febrero.
Por caso, sólo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires está previsto que sus habitantes en condiciones de emitir sufragio deberán hacerlo obligatoriamente no menos de seis veces. En otros distritos electorales, este número podría incrementarse sin advertirse que toda obligatoriedad opaca y atenúa cuando no, descalifica, todo discernimiento.
Esto en sí mismo configura un ejercicio abusivo del derecho y del deber electoral, claramente, todo un despropósito que así, en nada se corresponde con el espíritu de la carga pública que supone votar obligatoriamente, tantas veces.
Todo eso se agrava más aún si no somos capaces de exigirles a los candidatos que nos hagan saber clara y documentadamente el catálogo de problemas y desafíos nacionales a afrontar junto al modo y los tiempos que cada solución insumirá, sin mencionar siquiera el primer problema de todos: ¡un inconmensurable desaguisado que les dejará la administración saliente!
Cuadra agregar que después de casi 30 años de chamuyo por promesas políticas sucesivamente incumplidas, impacientemente, aún no sabemos -directa y explícitamente- de la inmensa mayoría de todos los precandidatos nacionales, provinciales y municipales, cuál es su mirada sobre la realidad a la cual aspirar servir y transformar ni cuáles son las fortalezas que conviene potenciar ni cuáles son las fragilidades que a su juicio y sin demora, resultan necesario corregir y superar: la impunidad, la corrupción estructural, la inflación, las escandalosas pobrezas e indigencia, la inseguridad, los aborígenes, los excombatientes, el flagelo de la droga, la violencia social y familiar, los desafíos de la educación, las economías regionales, la regulación agrícola, la relación: “Ambiente y persona humana", etcétera.
Tampoco conocemos sus programas concretos, sus propuestas superadoras ni el nombre, honradez e idoneidad de los agentes que integran sus equipos y metodologías en tanto apropiadas y posibles para lograrlas en el próximo período de Gobierno nacional, provincial o local.
Con estas maneras irracionales, arbitrarias y discrecionales no exentas de picardía, capricho y hasta mala fe, vienen sometiéndonos a recurrentes abusos de poder, claramente inconstitucionales.
Eso es así en tanto se restringen o limitan derechos fundamentales con supremacía constitucional: 1) a la libertad y albedrío personal, 2) a la movilidad/circulación, 3) al bienestar, al descanso u ocio creativo como al esparcimiento familiar; 4) Etcétera. De cara a semejante y “empalagoso” esquema electoral, evitar/impedir semejantes “empachos eleccionarios”, será fortalecer la República frente a “populismos electorales” que vienen desmantelando las instituciones y restringiendo libertades personales constitucionalmente imperativas y democráticamente imprescindibles.
Consecuentemente proponemos:
a) Para cada elección interna partidaria o de alianzas, un voto voluntario ya que, precisamente, nadie más que cada candidato interesado deberá asegurarse los sufragios suficientes para ser ungido y confirmado en sus expectativas electorales.
b) Realizar en un mismo día una sola elección general nacional, provincial y municipal simultánea/simplificada, para impedir especulaciones, mezquindades, picardías, engaños, lemas/sublemas, traccionamientos socialmente inconvenientes como los efectos nefastos del voto en blanco, todo lo cual viene incrementando sufragios irresponsables y un masivo “absentismo ciudadano”; todo ello sin demora de implementar cuanto antes adecuadas metodologías electorales electrónicas/digitales.
Finalmente, entonces, nos urge implementar buenas prácticas electorales para no exacerbar deslealmente más aún, la exhausta paciencia de la ciudadanía argentina.
Roberto Fermín Bertossi
Investigador CIJS/UN