Quince exempleadas de Ciudad Moda-La Casita de Susana decidieron romper el silencio y hacer pública la situación que todas aseguran haber tenido que padecer mientras se desempeñaban en el comercio de indumentaria femenina.

Y lo hacen ahora porque “pese a que algunas ya hace algunos años que dejamos de trabajar ahí, todavía seguimos soportando el maltrato de las empleadoras si te las cruzás por la calle”.

Si bien pidieron que sus nombres permanezcan en reserva, sí dejaron una nota firmada con sus iniciales y número de documento, “porque tenemos miedo”, explicaron, y algunas agregaron testimonios telefónicos también. Confiaron que no deseaban hacer público el nombre de las empleadoras sino del local.

Contaron que callaron por miedo, “porque nos decían que nunca más íbamos a conseguir trabajo”, recuerdan, pero hubo algunas situaciones que provocaron que saliera a la luz esto y que sucedieron esta semana. “Nos juntamos a comer el martes un grupo de excompañeras, y las dos dueñas estuvieron paradas un largo rato en la ventana burlándose, esto ya había pasado un tiempo atrás, parece que nos siguieran”, destacó J. Además, C, también mencionó que “hará 15 días estaba por el centro, las crucé y una de ellas pregunta en voz alta `¿cómo ésta que vende verduras viene al centro?´. Para mí no es ninguna deshonra trabajar en una verdulería”, dijo. Y enfatizó: “Nos cansamos, hace años que estamos con miedo, ninguna se animaba a contar nada, el miedo que tenemos son las consecuencias de sus tratos, pero ya hace mucho que no trabajamos ahí y siguen hostigándonos”

“¿Somos más de 15 exempleadas las equivocadas?”, planteó C.

 

Maltratos

Las mujeres mencionaron una tras otra las situaciones cotidianas que debían soportar. “Hablaban mal de todas y de la familia de todas, a mí constantemente me decían que mis hijos se drogaban y tenían problemas con la Policía. Me lo dijeron tanto que los agarré y les hice hacer análisis, y por supuesto que no les encontraron nada, y hasta uno de mis hijos está estudiando para ser policía”, remarcó una. 

Otra contó que “en siete años trabajando ahí, quedé embarazada dos veces, y cuando le conté a la dueña del segundo embarazo me dijo, enfrente de todas, `te haría abortar de una patada´, y me hicieron volver a trabajar con mi hijo de 23 días, y con la cesárea, a cargar cajas”.

Las exempleadas relataron que “entrabamos a las 8 pero no teníamos horario de salida, al médico no te dejaban ir, te decían que vayas en vacaciones, nos acusaban de robar, el maltrato era constante”.

Al momento de justificar porqué soportaban este tipo de agravios, una de ellas contó que “trabajé 12 años ahí porque me hacía falta el trabajo, agachaba la cabeza porque la situación económica te obligaba a aguantar, y el miedo era no volver a conseguir más trabajo porque siempre te amenazaban conque tenían poder, abogados, y podían dar malas referencias”.

El relato de las mujeres continuó por largo rato, y los ejemplos de los maltratos que dicen haber tenido que soportar fueron múltiples. Hubo quienes les iniciaron juicios a las empleadoras y se los ganaron, otras que están actualmente en ese proceso y hasta a algunas les ofrecieron mucho dinero para volver a trabajar, pero aún así lo rechazaron.

“Demasiado pasamos mientras trabajamos ahí como para que aún hoy a todas las exempleadas nos sigan maltratando, ninguna se anima ni a pasar por el frente y te aseguro que la mayoría tuvo que ir al psicólogo después de salir de ahí, es un daño muy grave el que nos hicieron y la gente tiene que saberlo”, cerraron.