El fixture local presentaba un interesante duelo en el “pozo” de barrio Almirante Brown. River, que venía de vencer en el clásico a Unión Central por 2 a 1, recibía al debutante, y siempre complicado, Universitario. 

La “U”, con su juego siempre ofensivo, trataría de hacerse fuerte en tierras ajenas, pero sabía que enfrente estaba el renovado conjunto de Daniel Bachanini, que había empezado el torneo con el pie derecho.

Aunque con pasto, el complicado estado del campo de juego imposibilitaría el normal desarrollo del cotejo. Ambos equipos deberían buscar alternativas, porque “por abajo” no se podría jugar. Así, demasiado trabado en el medio, el partido se trasladó al terreno de la impresión y el nerviosismo. 

El visitante intentaba hacerse protagonista del partido, pero no lo lograba: chocaba una y otra vez con el muro infranqueable de la “banda”. El local estaba más preocupado en destruir que en crear, pero estaba al acecho y el visitante no podía descuidarse.

En los primeros 45 minutos no abundaron las llegadas. Sólo hubo dos claras para cada lado: del lado de la “U”, Lucas Barengo marró una media tijera en el punto penal y luego Emmanuel Pratto definió mal ante la rápida salida de Jacobo Bachanini.

En tanto, la “banda” atacó por el sector izquierdo con un fuerte remate del lateral Marcos Casanova y luego, finalizando la primer mitad, mediante García que no llegó a definir un balón que sorteó por arriba la humanidad de Simón Mellano.

En el complemento el visitante siguió intentando la apertura del marcador. Primero un cabezazo de Carlos Jacobi y luego un remate de Lucas Barengo desnudaban las intenciones del conjunto de Bernadó.

A partir de los 25’ del segundo tiempo el cansancio y la impotencia de no poder marcar comenzaron a hacer mella en Universitario y el “Millonario” comenzó a crecer y creer.

Los ingresos de Gagliese y Ledesma fueron acertados y beneficiaron al equipo. Le aportaron aire por la banda izquierda y verticalidad. La figura de Christian García comenzó a crecer en el mediocampo y su empuje fue vital en los últimos minutos.

La seguridad de Jacobo Bachanini era el principal sostén de la esperanza “rojiblanca” y del desánimo visitante. A pesar de los continuos intentos de marcar la apertura del marcador, la valla defendida por el uno era inexpugnable.

Faltando cinco minutos el local se quedó con uno menos por la acertada expulsión de Horacio Morre, tras llegar tarde en un cruce con Barengo, pero faltaba poco y el empate parecía estar decretado, porque la “U” no tenía más fuerzas para torcer la historia.

Sin embargo, la gran emoción de la tarde estaba esperando el final para florecer: una pelota cruzada traspasó como una puñalada la defensa visitante, Maximiliano Tissera desbordó por derecha y, a pesar de que la jugada parecía diluirse, el juvenil detuvo su recorrido, levantó la cabeza y envió un centro preciso para que Martín Ledesma batiera el arco de Mellano con un certero cabezazo cruzado.

El delantero riverplatense se sacó la mufa de tres años sin marcar, con un gol épico que declaró la victoria definitiva de su equipo. Sobre el final, la desazón invadió por completa la humanidad de Lucas Berengo y el delantero se hizo expulsar infantilmente para cerrar una tarde olvidable.

River arrancó con todo y dejó en claro que no es el mismo de los últimos años e intentará dar pelea hasta el final.