Las cooperativas de trabajo eran “unas pocas 100; hoy somos miles. Representamos el 30% de la matrícula de cooperativas del INAES. El número se incrementó con las cooperativas de trabajo vinculadas con los planes de inclusión con trabajo, generados desde el Gobierno nacional. De las 3.700 puestas en marcha en 2008, hoy 850 ya se han consolidado e integrado a la economía, según la región y el mercado. Y otras más asociadas al Estado. Cooperativas de trabajo que conviven con las cooperativas industriales recuperadas tras el traspié privado. Y con nuevas cooperativas surgidas en el seno de los profesionales universitarios.
Ya funciona, por ejemplo, la Federación de Cooperativas de Software Libre. Cooperativas de comunicación, de creación de contenidos. Todo ese universo representa el 30% del total cooperativo nacional. Hoy se trabaja en redes. El conocimiento está en “la nube”. Lo que permite desarrollar la forma colectiva mucho más fácil.
Hay cooperativas de trabajo de ingenieros especializados en la construcción, que respetan la ecología del ambiente. Nacieron en una pequeña localidad de Escocia. Se integran con 10 socios que venden sus servicios en el planeta. Se concentra el conocimiento, pero la escala la logran las redes. Son pequeños módulos que van haciendo una red, que crea un sector potente que, por sus valores originales, respeta al ser humano y respeta al planeta. Cooperativas que, con sectores gremiales, las pequeñas y medianas empresas, las universidades, los centros de investigaciones, los movimientos culturales y religiosos, son sujetos de cambio para hacer una economía que no fue dominante en el mundo, pero que va a tener mucha importancia, en la medida que tenga conciencia de su poder”, informa Orbaiceta cuando se le consulta sobre el presente de las cooperativas de trabajo en el país.