“Somos el 10% del Producto Bruto de la Argentina y aspiramos a alcanzar el 30% en 20 años”, responde Orbaiceta cuando se le consulta qué representa la economía solidaria en la generación de riqueza de nuestro país.
Cuando se le piden precisiones, responde con toda seguridad: “Si hoy el PBI nacional oscila en los 500 mil millones de dólares, nuestro sector genera no menos de 50 mil millones de esa moneda por año. En 2005, cuando se conocieron las primeras mediciones fundadas sobre el quehacer de las cooperativas y mutuales, la estimación superaba el 8%. En los últimos 10 años los números fueron favorables, por lo que el 10% ya es una meta superada”.
Y su entusiasmo se expresa así: “En 20 años, queremos ser el 30%. Ganarle al mercado un 1% por año, que no es poca cosa. En promedio, cada cooperativa y mutual debe facturar un millón de dólares más por año. Podemos ganarle a la inflación y ganarle al mercado un 1% anual. Si nos juntamos un poquito, es muy posible. Hay números poderosos en nuestro sector. En materia de facturación, empresas de la economía solidaria son punta en la Argentina, en América Latina y en la economía del mundo. Pero todavía no ocupamos un rol de poder en la sociedad, en función de lo que hemos construido. Vaya un ejemplo: la compañía siderúrgica Techint ha generado 13 mil puestos de trabajo. Nosotros, 500 mil.
Aquellos lugares en el mundo, donde la economía solidaria genera la tercera parte de la riqueza nacional, son las regiones del planeta con más desarrollo humano. Norte de Italia, parte de Alemania, norte de España y los países escandinavos de Europa. Las 300 cooperativas que son las empresas más importantes de Canadá”.
Somos capaces de “construir más economía, con un socio, un voto. Y propagar más democracia en la economía”, sentenció Orbaiceta.