De acuerdo con un informe del Barómetro de la Deuda Social que hoy presentarán la Universidad Católica Argentina y la fundación Navarro Viola, el 84,6% de los argentinos mayores de 60 años se define como una persona feliz. "No es un dato menor. Es la inmensa mayoría. Esperábamos encontrar más gente infeliz, dado que ocho de cada diez personas de esa edad viven con la jubilación mínima", apunta Enrique Amadasi, doctor en Sociología y coordinador del capítulo adultos mayores del Barómetro de la Deuda Social.
La conclusión a la que arribó el Barómetro se desprende del análisis de las respuestas de unas 6.000 personas durante las encuestas de monitoreo hechas entre 2010 y 2013. Los resultados del estudio, titulado "Condiciones de vida e integración social de las personas mayores ¿Diferentes formas de envejecer o desiguales oportunidades de lograr una vejez digna?", son representativos de un universo de seis millones de mayores de 60 años que viven en el país.
"Somos un barómetro de la deuda social, estudiamos aquello que falta", aclara Amadasi.
Si bien la felicidad disminuye a medida que pasan los años, los investigadores encontraron que tiene un declinar mucho más leve que el que se podría imaginar: entre los mayores de 60 años hay apenas un 8% más de personas infelices que entre quienes tienen entre 18 y 35 años.
"En los años de juventud hay más ilusión. En cambio, alguien mayor vive lo que le toca con una cuota mayor de realismo. Logró o no logró. No hay mucho más", explica Amadasi.
La última gran crisis
La edad en la que más se incrementa el sentimiento de infelicidad es a los 60 años. "Entonces ocurre la última gran crisis de la vida. Suceden cambios en la composición familiar. Se van los hijos, empieza un deterioro de la salud, en muchos casos se acerca la jubilación... son muchos cambios. Pasada esa crisis, el crecimiento de la infelicidad se desacelera. Y se empieza a ser feliz de otra manera", detalla el especialista.
El concepto de "felicidad" como un objetivo a alcanzar, como un valor en sí mismo, caracteriza a las generaciones más jóvenes, pero es remplazado por el de la paz interior entre quienes más años han vivido.
En el estudio, el 83,6% de las personas mayores de 60 años declaró que siente paz espiritual. "Esto es una buena noticia en sí misma, no debe pasarse por alto", dice el documento.
Recursos
El estudio de la UCA traza una relación directa entre la felicidad y el nivel educativo y socioeconómico. Si preguntamos: ¿el dinero hace la felicidad?, el investigador responde que "probablemente no, pero la carencia de recursos sí hace a la infelicidad", aporta el investigador.
"Recursos de todo tipo: afectivos, de salud, psicológicos y económicos. Todos ellos tienen una gran incidencia durante el proceso de envejecimiento. Por eso podemos decir que la felicidad varía según el nivel socioeconómico", agrega.
"El mayor grado de infelicidad del estudio se encontró entre las personas mayores que viven solas: son el 21,8%", explica Amadasi. Fueron más incluso que las personas de bajos recursos que se sienten infelices: el 20,9%. "Vivir con alguien lo aleja a uno de la infelicidad", agrega.
Sin embargo, el ideal para este grupo no es vivir con los hijos o los nietos.
"En general, se vive con la familia ampliada por necesidad y no por gusto. Y en la mayoría de los casos eso implica que no haya suficiente espacio, entre otras cosas", explica el sociólogo.
En cambio, el tipo de hogar que más ahuyenta el sentimiento de infelicidad es aquel en el que se convive con otras personas mayores.
"Vale aclarar que una de cada dos personas mayores, aún con estados de salud críticos, se consideró a sí misma alguien muy feliz", dice el estudio.