Un albañil villamariense fue condenado ayer a tres años de prisión de cumplimiento efectivo tras ser declarado culpable de “tenencia de estupefacientes” y zafó de recibir una pena más severa porque no se pudo comprobar que haya comercializado la droga, sobre todo a la salida de una escuela de barrio San Martín.
Raúl Fernando Villagra, de 50 años de edad, negó ser el propietario de los 300 gramos de cocaína que fueron secuestrados frente a su casa y en el domicilio de su madre y en su defensa dijo que se los había “dejado un amigo que había estado de paso” por la ciudad el día antes de ser detenido.
Villagra, nacido el 5 de mayo de 1964, llegó a juicio acusado como presunto autor de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización” (un delito que es reprimido con prisión de cuatro a 15 años), habida cuenta que una denuncia anónima receptada en la sede de la Delegación Villa María de la Policía Federal dio cuenta que vendía drogas en las inmediaciones del IPET 56 “Abraham Juárez”.
Sin embargo, durante la audiencia de debate realizada en la Cámara del Crimen no se pudo acreditar con ninguna prueba testimonial que el trabajador de la construcción haya comercializado drogas en ese sector de la ciudad, en particular a alumnos del establecimiento educativo ubicado a pocos metros de su casa, por lo cual quedó sin efecto el agravante del delito que se le atribuía.

Qué dice la ley
No obstante, Villagra fue condenado por infringir el artículo 14 de la Ley Federal de Estupefacientes Nº 23.737, cuyo primer párrafo establece que “será reprimido con prisión de uno a seis años y multa (...) el que tuviere en su poder estupefacientes”.
Pese a que el acusado negó que la cocaína encontrada fuera de su propiedad, el camarista René Gandarillas lo encontró culpable y le impuso la pena que momentos antes había requerido el fiscal Francisco Márquez, con acuerdo del abogado defensor, Eduardo Luis Rodríguez.
La detención de Villagra se produjo el 23 de marzo de 2013 (el lunes se cumplirán exactamente dos años), en medio de dos allanamientos realizados por la Policía Federal en sendas viviendas de calle Formosa al 2600, en el populoso barrio villamariense.
En la casa del sospechoso no se encontró nada, aunque oculto en un árbol ubicado al frente del inmueble se encontró un envoltorio con 50 gramos de cocaína. En tanto, los otros 250 gramos fueron hallados en diferentes bolsitas que estaban escondidas en el baño, un dormitorio y el patio de la casa de la madre de Villagra, ubicada a la par de su domicilio.
La cocaína estaba fraccionada en forma de “alita de mosca”, tal como se lo denomina en el ambiente delictivo de la droga.
Cabe señalar que durante el operativo también se secuestraron teléfonos celulares y dinero en efectivo, que en un principio se creyó que era producto de la comercialización de la droga, algo que en la víspera no se puro probar de manera fehaciente.

Condena anterior
En materia de antecedentes, Villagra registra una condena de nueve años de prisión por un “robo calificado por uso de arma”, dictada en la ciudad de Córdoba en 1992.
Sin embargo, como aquella sanción no es considerada antecedente penal computable porque fue cumplida casi íntegramente y ya transcurrieron más de 10 años de haber sido aplicada, no se tuvo en cuenta al momento de imponerse esta nueva pena.
Como en un par de días se cumplirán dos años desde que está detenido, Villagra se encuentra en situación legal de obtener la “libertad condicional” (la solicitó el defensor durante su alegato), por lo que se estima que será excarcelado el miércoles, al reanudarse la actividad tribunalicia tras el feriado del 24 de marzo.