Ante un nuevo aniversario del golpe fascista de 1976, los ex presos políticos que atravesamos por todas las cárceles y campos de concentración del país, con su historia de muertes, humillaciones, horribles torturas, desapariciones y todavía podemos contarla, observamos en Latinoamérica y en Argentina una ofensiva de la derecha más recalcitrante empeñada en una ola de provocaciones de todo tipo e intentos de golpes duros y blandos con la intención desestabilizante y destituyente de gobiernos legítimamente constituidos, llevados a cabo por las corporaciones económicas, mediáticas, financieras y ahora también con el aporte del novedoso “Partido Judicial”, pero siempre bajo la batuta del imperio estadounidense.
Poniendo en claro lo que esta gente quiere interrumpir, son las realizaciones económicas, políticas y sociales de un gobierno popular y progresista que en 12 años ha transformado al país, favoreciendo fundamentalmente a los sectores medios y a las clases más desposeídas, sacando a la República del marasmo en el que estaba sumida, producto de años de políticas neoliberales, elevando la calidad de vida de sus obreros instaurando las paritarias, de sus jubilados mediante dos aumentos anuales siempre por encima del índice inflacionario, reestatizando y modernizando empresas como YPF, Aerolíneas y Ferrocarriles por nombrar sólo a tres, impulsando su estructura científico-técnica hasta lograr producir software, satélites artificiales de última generación y generadores nucleares que ya se han exportado a distintos países, amén de los récords en la producción de cereales, carnes y los éxitos en salud y educación producto de inversiones desconocidas hasta hoy.
La intención de estos sectores es volver a la dependencia, al endeudamiento con el FMI, a las privatizaciones favoreciendo el enriquecimiento de los grupos más concentrados de la economía y la oligarquía terrateniente y ganadera.
Los ex presos políticos que algo conocemos de esto, sabemos que se empieza por maniobras desestabilizantes y destituyentes y se termina con reducción de salarios y jubilaciones, despidos, endeudamiento externo, pobreza, desigualdad, desempleo, represión, cárcel, torturas, muertes y desapariciones. Cualquier parecido con lo que ya pasamos, no es pura casualidad.
Lo que está en juego es muy valioso, por lo tanto, creemos que todas las fuerzas populares y progresistas debemos asumir la defensa militante de este proyecto nacional y popular sin ambigüedades, con claridad y firmeza, despojándonos de prejuicios sectarios que entorpecen la lucha, y siempre movilizados. Sólo así se derrotará a las fuerzas de la reacción y el golpe.
Omar Mignola
Sergio Salvador
Hugo Ferradans