Una puesta en escena espectacular, se definió el sábado por la noche para descubrir de qué se trataba la particular fiesta “White Boutique Party” que se traía la gente de Ramallo, quienes se llegaron por la Villa para vestir y maquillar a nuestro coloso de cemento.
Poderosas luces colgadas de las cabreadas, una bola gigante que giraba para impactar en el rostro de las seis mil personas que asistieron al evento, dividido en un sector supervip, VIP, los que flotaban como terrazas sobre las sillas de cemento, que permitían observar a estos, sobre lo que siempre fue el VIP del Anfiteatro que oficiaba de pista bailable central.
Desde horas tempranas se llegaron para oír, aplaudir, bailar distintos ritmos, que se ubicaban estratégicamente de acuerdo a sus gustos, pero la movida más fuerte fue a las tres de la mañana para convertirlo en una gigantesca disco.
Vestidos impecablemente de blanco, llegaron desde diferentes lugares de la provincia y del país para darle una nueva cara, que permite en nuestra ciudad adaptar su escenario mayor para distintos eventos.
¡Qué noche, Teté...!
Bien viene al caso, nombrar la frase de Roberto Giordano, para definir una fiesta cool y glamorosa en donde cuerpos esbeltos se ubicaron en las distintas gradas, para bailar alocadamente toda la noche, y que si bien hubo eventos más convocantes anteriormente en la ciudad, como los de la fiestas navideñas, la pregunta era: ¿cómo iba ser la tesitura de la fiesta y dentro del Anfiteatro?
Por donde pasaron Silvina Luna, DJ Deró, De la Rivera; Maxi Truzzo, La Performance de Pewma, que de tanto en tanto se descolgaban del techo del Anfiteatro, con arneses y luces fluor, para deleitar la mirada que se cruzaba con los láser multicolores, El champán Jazmine Diamont pasaba de mano en mano, y también el reconocido fernet con coca, para hacerle un espacio a “Gonzalito” de CQC, incorporado a la fiesta blanca como “notero” oficial.
Entre número y número que se hacían presentes, cada DJ dejaba su impronta, para dejar a Takle Alto el cierre con la cumbia VIP, que hizo saltar aún más a la concurrencia. Es de destacar el “tacto” de la gente de seguridad y la organización que actuó con una naturalidad inusitada para compararlo con la seguridad en el “exceso de celo” que hubo en el último “Festival de Festivales”, la gente se adueñó del evento, lo sintió suyo para actuar con una libertad y desplazamiento democrático, dentro de un esquema de fiesta donde se suele producir alguno que otro problema, no se notó ningún exceso. Según palabras de los organizadores, eligieron nuestra ciudad por ser centro del país y tener un río caudaloso, ya que la fiesta se relaciona con el agua y según palabras propias cumplieron con sus expectativas, y así utilizaron nuestra geografía como lanzamiento, tanto a nivel nacional como internacional.
Víctor Alvez