Un albañil oriundo de Río Segundo, pero con último domicilio en Villa María, fue condenado ayer a cuatro años de prisión efectiva tras ser declarado culpable de vender marihuana en el departamento que ocupaba en un complejo habitacional de barrio Roque Sáenz Peña.
En el marco de un juicio oral y público sustanciado en la Cámara del Crimen local, Miguel Angel Cuevas (26) fue hallado autor penalmente responsable de los delitos de “comercialización de estupefacientes” y “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización” y se le impuso la pena antes descripta, que lo dejará en la cárcel hasta -por lo menos- fines de enero de 2016.
Si durante el período de detención observa buena conducta, podrá solicitar entonces el beneficio de la “libertad condicional” (al completar los dos tercios de la pena), ya que se trata de un convicto primario.
Cuevas se encuentra en la cárcel desde el 24 de mayo de 2013, luego que la Policía allanara la vivienda que ocupaba en un complejo de departamentos ubicado en Teniente Ibáñez 666, donde se secuestró picadura de marihuana y otros elementos relacionados con la comercialización de dicha droga.
El trabajador de la construcción llegó acusado también por “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, agravada por la participación de un menor de edad”, pero por falta de pruebas fue absuelto en relación a este hecho.
La audiencia de debate comenzó como un juicio común y corriente, pero luego de que testimoniaran dos policías que intervinieron en la causa, y tal vez previendo que su situación procesal se iba a complicar, Cuevas optó por admitir su responsabilidad en los hechos y posibilitó que el juicio se abreviara.
Intervinieron la camarista Silvia Saslavsky de Camandone, el fiscal Francisco Márquez y el abogado cordobés Darío Martínez (ejerció la Defensa), mientras que el secretario actuante fue Guillermo Picco.