El sábado, Marcelo Alamo hubiera cumplido 59 años. Pero un mes antes, o poco más, se apagó su vida. Entre nosotros quedó Jorge, quien los cumplió con tristeza, alcanzando un saludo desde el alma a su hermano.
En la cancha de Argentino se cumplió, ese día, curiosamente el del cumpleaños de ambos, el acto inaugural del torneo de divisiones inferiores de la Liga Villamariense de Fútbol que, como no podía ser de otra manera, lleva el nombre de “Marcelo Alamo”, en reconocimiento y homenaje a quien de fútbol infantil sabía tanto como para enseñarle a los ángeles, en su nuevo territorio.
Con la camiseta de Newell’s en el pecho, en reconocimiento al club al que Marcelo supo acercarle figuras desde esta parte del país, Jorge tributó emocionadas palabras, con calor sanguíneo, a su hermano. Estaba acompañado por tres de sus hermanas.
El fútbol le hizo saber a Marcelo Alamo, a la distancia, que cuando estuvo en la Tierra brindó su vida a quienes corren detrás de una pelota.