Así como la siembra directa produjo un cambio que potenció la agricultura argentina, “la tecnología que revolucionó la producción de carne y leche en nuestro país es el silaje de maíz”, indicaron en un informe del INTA Manfredi.
En las últimas décadas se logró en Argentina una evolución de la superficie destinada a silaje de maíz y sorgo, marcando de esta manera un proceso de mayor eficiencia productiva de carne y leche.
En los años 90, el 80% del escaso silaje de maíz que se elaboraba era destinado a la producción de leche, mientras que el resto de estos forrajes iba a la producción de carne. En la última década, se ha originado un marcado incremento de la superficie de maíz picado para sistemas lecheros, pero acompañado de un fuerte aumento de las hectáreas destinadas a elaboración de forrajes para la producción de carne (feedlot); lo que indica una evolución hacia sistemas más intensivos de producción.
Es importante destacar que este forraje conservado ha incrementado su participación en la dieta de un 15% a un 40% y su tiempo de uso pasó de 4 meses -para cubrir baches de producción estacional de forrajes como solía usarse-, a todo el año como se utiliza actualmente.
Según datos del INTA Propefo, en la campaña 1993/1994, se ensilaron unas 80 mil hectáreas de maíz y sorgo, de las cuales el 90% era picado grueso. Veinte años después, en la campaña 2012/2013 se destinaron a silaje más de 1.5 millones de hectáreas, con un record en la campaña 2011/2012 de 1.6 millones de hectáreas.
El aumento de la superficie que se produjo a mitad de la década del 90 fue acompañado por una mejora de la calidad, que también evolucionó rápidamente, dado que en la campaña 1995/1996 de las 270.000 hectáreas que se destinaron a silaje, el 95% ya era picado fino y a la siguiente campaña esta cifra llegaba al 98%.
En ese contexto, el INTA, a través del informe de los agrónomes Federico Sánchez y Gastón Urrets Zavalía, elaboraron una serie de recomendaciones para realizar un picado de maíz de alta calidad:
• La ventana de picado de maíz es entre 32% y el 40% de Matria Seca (MS). Valores inferiores pueden derivar en una fermentación butírica o en un exceso de lixiviación de azúcares, mientras que niveles superiores pueden retrasar e incluso impedir que la fermentación se lleve a cabo.
• Con la tecnología que poseen las máquinas en la actualidad, se logra un picado (tamaño y uniformidad) y quebrado de los granos, que permite confeccionar silos de alta calidad, aún trabajando sobre cultivos con estado de madurez cercanos al 40% de MS y con granos que presentan endosperma más ceroso.
• Para determinar el momento de picado, no podemos seguir observando el grano, sino que debemos determinar el porcentaje de materia seca que posee el cultivo, dado que no existe una correlación marcada entre la línea de leche de los granos y el porcentaje de materia seca de la planta.
• Determinar el porcentaje de materia seca cortando algunas plantas de distintas partes del lote, picarlas y establecer mediante microondas o estufa el contenido de humedad de las mismas.
• Para disminuir las pérdidas en cantidad de material, se recomienda colocar en la batea de los camiones un sobre techo inclinado en la parte superior que contenga el material, con una boca que permita ingresar el material.