El grupo popular “La megafónica”, surgido del trabajo realizado con expobladores del gabín de barrio Industrial, y que está integrado por jóvenes militantes, se pronunció por el ataque sufrido por Yohana Barrionuevo, la mujer quemada en barrio Los Olmos de Villa María.
El escrito entregado a EL DIARIO dice lo siguiente:
“Quienes nos problematizamos la cuestión de género solemos escuchar una frase que mecha por todas partes, que suele ser el argumento de muchos de los que se paran del otro lado del debate y que puede resumirse de esta forma:
-‘Acá no hace falta feminismo, ya hay igualdad. No es como en otros países donde tienen que ir todas tapadas y ni pueden hablar’.
El gran mito liberal de ‘se logró lo que faltaba’, que está avalado por la errónea creencia de que la igualdad pasa por el ‘pueden votar’, pareciera sepultar muchas veces la triste realidad. En la Argentina matan a una mujer cada 30 horas. Eso es aproximadamente seis mujeres a la semana, porque como bien sabemos el machismo se toma el domingo para ir a misa.
En un país donde trasciende, con suerte, un caso de cada cientos, debemos luchar contra comentarios tales como: ‘Si iba así vestida’, ‘andaba sola’, ‘por puta...’, ‘algo habrá hecho...’, etcétera. Se hace imprescindible no dejar de discutir lo lejos que estamos de la igualdad.
Esta vez, deseamos hablar de un hecho que nos afecta de forma particular, por ser de nuestra ciudad.
Porque en un caso de femicidio, no sólo se mata a la mujer por ser mujer, sino que el hombre es impune por ser hombre. En el sistema en el que vivimos, no podemos creer que hemos logrado la igualdad mientras ser hombre sea un privilegio y ser mujer una apuesta a la suerte de no ser la siguiente en morir.
Yohana Barrionuevo, habitante de Villa María, sufrió un intento de asesinato de una expareja el pasado lunes 23 de marzo al ser prendida fuego en la casa que compartía con sus dos hijos. Hoy se encuentra hospitalizada en un estado grave en el Instituto del Quemado.
Ante el hecho, caratulado como ‘tentativa de homicidio agravado por el vínculo’, el fiscal Gustavo Atienza declaró que ‘puede agravarse por la cuestión de género, pero eso será materia de prueba’.
Nosotros no podemos dejar lugar a dudas.
Porque el agresor, Cristian Aguilar, no es un hijo enfermo de nuestra sociedad como pretende argumentar su letrado, que declaró: ‘Esta mujer -Yohana- lo venía amenazando de que le iba a amargar la vida y se iba a autoagredir. (…) Si él no intervenía, ella fallecía’.
Sabemos que al menos ya declararon tres testigos que incriminan a Aguilar como autor del tremendo hecho.
Otros testimonios que circulan dan cuenta de vecinos que han visto cómo castigaba Aguilar a su pareja, incluso hacen referencia a una oportunidad donde la llevó a ‘cintazos’ hasta la casa. La hermana de la joven sostuvo que Aguilar ya tenía actitudes violentas con ella y sus hijos: ‘Ocho años de un infierno para ella. La maltrataba, la encerraba, le pegaba, no le daba de comer y ella se escapaba’.
De acuerdo a la familia de la víctima, hubo seis denuncias por violencia de género; desde la Justicia sostienen que sólo hubo una el 13 de diciembre de 2008. La familia de Yohana dice que en octubre de 2014 fue atendida en la Guardia del Hospital, donde le hicieron cinco puntos en la cabeza luego de haber sido golpeada con un anillo por su pareja.
Si nos preguntáramos si es necesario llegar a estos extremos para que se visibilice y se ponga en la agenda la violencia de género como una urgencia, lamentablemente la respuesta sería un doble no: no sólo porque no creemos que deberían ocurrir estos sucesos para encontrar una solución de fondo, sino porque sabemos a ciencia cierta que ni el peor de los casos de violencia de género ha logrado al día de la fecha una mejoría en la amplia mayoría de mujeres que viven situaciones de violencia, ni disminuyeron la posibilidad de que ninguna de nosotras pueda vivirlo en el futuro.
En 2009 fue aprobada la Ley Contra la Violencia Integral, pero aún gran parte de sus artículos no fueron reglamentados, entre ellos la formación de un Consejo Nacional de Mujeres para el cual la asignación presupuestaria es de 0,80 centavos por mujer para combatir la violencia de género. La provincia de Córdoba es una de las seis que no aprobaron el proyecto de ley y las que sí lo hicieron tienen un presupuesto ínfimo para hacer frente a una problemática tan urgente.
Por eso creemos necesario gritar por justicia, por Yohana, y por todas las mujeres que sufren diariamente todo tipo de agresiones físicas, verbales y psicológicas. Gritar para que no haya ‘ni una mujer menos, ni un femicidio más’. Luchar para que se declare la situación de emergencia de género en la provincia. Para que la Justicia actúe cuando tiene que actuar, a la primer denuncia y deje de esperar a que las víctimas mueran o terminen hospitalizadas.
Aún cuando la mujer está gravemente herida, la Justicia y los medios siguen dando lugar a dudas sobre quién es el agresor o si en realidad ella era la que lo ‘acosaba’.
Basta de complicidad policial y judicial con los femicidas, basta de informar sobre los casos con enfoques policiales, basados en el sensacionalismo y mostrando cada caso como aislado y a los violentos como locos sueltos o enfermos. ¡Si tocan a una, nos tocan a todas!”.