T oda mujer que decide amamantar debe mejorar sus hábitos de alimentación. La calidad y la cantidad de alimentos que ingiere también deberá ser modificada en función de una mejor nutrición que responda a las necesidades de tal situación.
Si estás amamantando debes tomar mucho líquido, al estar bien hidratada tendrás un punto a favor para producir buena cantidad de leche.
Cuando el médico indica a una mamá que tome líquidos, le está pidiendo que tome cualquier tipo de líquidos, dejando de lado las bebidas alcohólicas y las energizantes, las cuales están prohibidas durante la lactancia y embarazo. También mientras amamantas, está indicado que no hagas abuso de las gaseosas, té o café. Por lo tanto el agua pasaría a ser la bebida preferida por excelencia.También puedes elegir jugos de frutas naturales, jugos de compota, diferentes tipos de sopas, leche, etcétera; estos no sólo aportarán hidratación sino que te darán nutrición.
El consumo de bebidas alcohólicas y drogas ilegales interfieren con la capacidad de la madre de cuidar adecuadamente a su bebé.
Los alimentos que ingieres, ingresan a tu organismo por tu boca, llegan a tu estómago y en él son digeridos. Es en el intestino donde se va a absorber todo lo mejor de los alimentos y pasarán a la sangre. La sangre circula por todo el cuerpo y al llegar a los pechos se convierte en leche. ¡Imagina qué tipo de leche le estarás ofreciendo a tu hijo si la calidad de los alimentos que ingieres no es buena!
Si tu alimentación es pobre (por ejemplo, cuando haces una dieta para bajar de peso durante la lactancia por tu propia cuenta) la leche que le ofreces a tu bebé no va a ser la óptima. Pero como tu organismo va a querer trabajar en función de ofrecer lo mejor a tu bebé, va a empezar a sacar, por ejemplo, calcio de tus huesos y eso va a ser perjudicial para vos.
“Si una mamá no se alimenta bien, su cuerpo lo padecerá después.”
Resumiendo, si te alimentas mal perjudicas a tu bebé y te perjudicas.
Un plan de alimentación indicado y seguido por un nutricionista es muy bueno durante la lactancia, al igual que en cualquier momento especial de la vida, ya que el profesional de la salud te va a enseñar a elegir los alimentos en función de tu beneficio.
Los alimentos tales como la cebolla, ajo, pimiento, brócoli, coliflor y repollos, están contraindicados mientras estés amamantando, ya que pueden cambiar el gusto de la leche.
Existe un mito (*) erradicado en la sociedad que dice que “las mamás que amamantan no pueden comer verduras de hoja porque le provocan gases a los bebés”. Me asesoré con pediatras amigos y todos coincidieron en que esto es falso. Las verduras de hoja al igual que las bebidas con gas, provocan gases a las mamás y no existe forma de que esos gases pasen al bebé. Las verduras de hoja verde están indicadas durante la lactancia por su aporte de hierro.
Una buena dieta debe estar compuesta de alimentos variados en donde puedas encontrar todos los nutrientes necesarios. Come un poco de todo para ingerir las calorías, las vitaminas y los minerales necesarios para estar saludable.
Trata de consumir alimentos variados, verduras y frutas; carnes rojas y blancas (vaca, pollo y pescado), no te olvides del huevo y los aceites crudos. Los cereales, las harinas y legumbres deben estar contemplados en tu dieta. Los lácteos, leche, yogur y queso son componentes que no deben faltar.
Si amamantas no debes fumar ya que este hábito es perjudicial tanto para vos como para tu bebé. El consumo de tabaco puede interferir sobre la bajada de la leche y puede ser causa de que la producción sea insuficiente.
El mejor indicador de cuándo y cuánto comer en este momento de tu vida va a ser tu apetito, en general durante los primeros meses de tu bebé vas a tener más hambre, recuerda que la Liga Internacional de la Lactancia recomienda amamantar en forma exclusiva a los bebés sanos hasta los seis meses de vida, tu cuerpo estará produciendo el único alimento que recibirá tu bebé y es por eso que te pedirá que comas más, tu organismo tiene un trabajo doble: alimentarte a vos y a tu hijo.
Las mamás que esperan dos bebés también pueden amamantar y es lógico que esta mamá tenga más necesidad de comer y más sed ya que su cuerpo va a estar trabajando el doble del de una mujer que tiene un solo bebé para dar de mamar.
No debes tener miedo a la hora de comer rico, sano y variado si estás amamantando, ya que uno de los beneficios que ofrece la lactancia es el de poder comer bien y no aumentar de peso.
La lactancia materna es una aliada a la hora de recuperar el peso que tenías antes de quedar embarazada.
Se deben evitar las gaseosas, las golosinas y todo alimento que aporte calorías vacías.
Recuerda siempre asesorarte con un profesional de la salud a la hora de tomar decisiones ya que es quien ha estudiado para guiarte en el camino de lo saludable.
Elige siempre la lactancia materna.
Viviana de los Ríos
Preparadora de Partos Taller Gestación

(*) mito: fábula, ficción alegórica, principalmente en materia religiosa.
Material de consulta: Lactancia Materna- Programa Materno Infantil- 2005 tercera edición. Fundación LacMat
www.healthsystem.virginia. edu