Hermano menor de “el Potro” Rodrigo, Ulises Bueno nació en 1985 y ya lleva 16 discos en su haber. Después de haber luchado con el fantasma de ser hermano del recordado cuartetero que triunfara en Buenos Aires y en todo el país hasta su trágico fallecimiento, Ulises se lanzó a los 18 años para continuar con la tradición familiar. Vale recordar que su madre, Beatriz Olave, acompañó a “la Mona” Jiménez como compositora en algunas canciones, y su padre era productor artístico.
La sombra de su hermano era muy grande pero, de a poco, empezó a abrirse camino desde el norte para recaer nuevamente en Córdoba que lo acogió entre sus brazos con la música popular y bailable.
EL DIARIO entrevistó al ascendente artista en medio de su intenso show brindado el jueves pasado en Supper Club. Era su segunda presentación en la ciudad en menos de tres meses, dado que había actuado en la última edición del Festival de Peñas.
En cuanto a su promoción nacional ya se había presentado en el programa dominical “Sin codificar” y, en vistas de su repercusión, ha programado distintas actuaciones en Buenos Aires, como el 16 de abril en José C. Paz.
“Lo que pasó es que desde hace cuatro discos atrás estamos trabajando más profesionalmente y empezamos a fusionar un poco de rock and roll, que es la música que a mí me gusta, sobre todo el intelecto y la profundidad que tienen los temas. La gente del cuarteto es muy cerrada y de esta forma va a escuchar otras letras, más conceptuales”.
¿Ahora bien, sin después de Chébere se instaló el “merenteto” con bandas como La Barra y Sabroso, por qué seguiste con esta línea del cuarteto?
-Tengo el gen de mi hermano, que era más explosivo. Nosotros vamos más profundo con letras o fundamentos importantes para poder transmitirlo con temas del rock. El primer tema fue de “No te va a gustar” y la gente se prendió y no queríamos perder esa línea. Tenemos un tema ska que es “Dale vieja dale”, que es de La Banda de Carlitos.
¿Por qué empezaste por el norte del país?
-Yo era muy chico y nos iba bien con la auténtica banda de mi hermano, especialmente en San Juan. Ahora en Córdoba ya estamos fijos los fines de semana, excepto los feriados que nos vamos de gira.
¿Qué banda de rock te gusta?
-Yo escucho de todo. Me gusta mucho el Indio (Solari), Ciro y los Persas, Calamaro. También escucho tango para ampliar la cabeza.
¿Ya encontraste tu camino?
-La verdad que hemos trabajado duro y este 2015 empezó bárbaro. Desde el 31 de diciembre no paramos y, hasta mediados de marzo, tocamos todos los días. Ahí nos dimos cuenta cómo ha crecido el público. Yo había intentado entrar en Villa María o Villa Nueva y era muy difícil y hoy nos abrieron las puertas de par en par.
El show
Con más de 2.500 personas y con entradas agotadas, Supper Club era una caldera. La ansiedad se hizo sentir hasta que a las dos de la madrugada se prendieron todas las luces. Contrario a lo que muchos piensan, sus seguidores no son los fans de su hermano mayor, sino una nueva cantera de jóvenes que se han ido incorporando a través de los años. Con catorce músicos en escena, sin sección de vientos, pero con la siempre presente “verdulera” (o acordeón a piano), violín, mucha percusión, teclados y sintetizadores, el solista comenzó con el emblemático himno ricotero “Ji ji ji”, para entre tema y tema despacharse con versiones de “Dulce niña mía” de los Guns n’ Roses o “Borrón y cuenta nueva” del “Negro” Videla. Para la segunda parte del recital, hizo esperar la interpretación de “Dale vieja dale”, con la cual hizo “volar” el techo de la disco.
Entrevista: Víctor Alvez