“Libertad y fe” es la frase clave que el pueblo judío tiene presente en la conmemoración del Pesaj, que significa “paso de la esclavitud a la libertad” y que recuerda la salida de Egipto guiada por Moisés.

“Es una de las fiestas más alegres de nuestra comunidad”, indicó Pablo Gornitz.

“No es una celebración en la que nos reunimos en el templo sino que se conmemora en el hogar”, agregó.

Es el momento propicio para que, con un ritual específico lleno de simbolismos, los mayores transmiten a los niños las enseñanzas religiosas. “El eje del Pesaj es en el hogar”, explicó Gornitz.

En la cena, se sirve matzá y maror. “El primero, es el pan que no ha terminado de leudar, el pan ácimo. Esto es para recordar que el pueblo salió muy rápido de Egipto hacia la libertad”, dijo.

El segundo es un grupo de hierbas amargas “que se sirve para recordar que la libertad que gozamos hoy no la tuvimos siempre, que hubo épocas de amargura”, agregó.

Habló también de la coincidencia de las fechas de conmemoración del Pesaj con la Pascua cristiana. “No siempre cae el mismo día, pero siempre es en la misma época”, dijo.

“Si ustedes recuerdan la imagen de la última cena en la que Jesús, que era judío, comparte la comida con sus amigos -que también lo eran- pueden ver el cáliz con el pan ácimo. Estaban conmemorando el Pesaj”, señaló.

Informó además que en la celebración se realiza un ritual que consta de una serie de pasos que recuerda las siete plagas enviadas por Dios a Egipto, el cruce del mar Rojo, la estadía de 40 años en el desierto “y la llegada a la tierra prometida de los hombres y mujeres que nacieron en libertad, por eso vagaron 40 años”.

“Creer en lo imposible es lo que permitió al pueblo judío llegar a la tierra prometida dejando atrás el yugo de los egipcios. Por eso decimos que estas fiestas se basan en la fe y la libertad”, concluyó.

 

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