El rector de la Universidad Nacional de Villa María en uso de licencia y diputado nacional Martín Gill rescató las inversiones anunciadas por el secretario de Políticas Universitarias de la Nación, Aldo Caballero, presente en la inauguración de residencias estudiantiles de la víspera (ver página 6).
Se trata de un combo millonario que tendrá como objetivo distintas mejoras en especialidades que dicta la casa de altos estudios local.
Contempla un programa de mejoramiento de la carrera de Medicina Veterinaria, que es un plan de tres años que implicará una inversión de más de 25 millones de pesos en recursos humanos, el financiamiento de la carrera de Medicina que en el término de seis años significará un aporte adicional de 108 millones de pesos que se irán actualizando a la par de los incrementos salariales, la renovación de todo el equipamiento para Diseño y Producción Audiovisual, la compra de equipamientos para laboratorios de Ciencias de la Comunicación, el aporte de más de tres millones de pesos para impulsar un laboratorio de embriones por fecundación in vitro en Medicina Veterinaria y el equipamiento rural (como corrales) para esa carrera.
También se anunció una ayuda para que se pueda crear un laboratorio para Terapia Ocupacional.
Se habitarán pronto
En tanto, Gill estimó que inmediatamente van a residir nuevos estudiantes en los albergues inaugurados ayer por la presidenta argentina.
“Ya están habilitados, por lo tanto se culminan las tres primeras etapas que planificamos en su momento desde la gestión del contador Carlos Domínguez y que permite que hoy tengamos más de cien plazas en el Campus, con la particularidad de tener dos dormis”, declaró al ser abordado por EL DIARIO al término del acto que fue por Cadena Nacional.
Valoró la apertura de “dormis”, por la “intensa actividad, cultural, deportiva y de intercambio estudiantil” que tiene la casa de altos estudios. “Esto viene a complementar, con muy buen criterio, lo que es la política inclusiva de educación superior”, subrayó.
También recordó que en las residencias, y mediante un programa ejecutado con el Club Argentino de Servicios, reciben a chicos que llegan desde escuelas de fronteras. “De otra manera, no podrían estudiar”, advirtió.
Consultado sobre cómo se maneja la definición de las personas que habitan en las unidades, especificó que el tema es coordinado desde Bienestar y que hay un registro de estudiantes que se van inscribiendo habitualmente. “La mayoría de los residentes son casos de necesidad, por lo que de otra manera no podrían estudiar”. Esto “va acompañado de políticas activas, como el Progresar, la beca integral -porque estar acá implica tener que comer, que lo hacen por seis pesos en el comedor- y el tema salud”.
Ante una pregunta, dijo que inicialmente se había previsto “un pago mínimo, que hoy casi tiene valor simbólico” para poder habitar en estas casas. Otros albergues, en tanto, son gratuitos.