A requerimiento del fiscal Horacio Vázquez, previo acuerdo con la Defensa, el camarista Félix Martínez le impuso ayer una condena de un año y cinco meses de prisión de cumplimiento efectivo a un hombre que incumplió una disposición judicial y amenazó telefónicamente a su expareja, a la que hace 11 años le causó graves lesiones luego de asestarle varias puñaladas.
En el marco de un juicio de trámite abreviado, el excarnicero villamariense Eduardo Alejandro Torres (38) fue hallado culpable de los delitos de “desobediencia a la autoridad” y “amenazas” y se le aplicó la pena antes descripta, aunque también se ordenó la realización de un tratamiento psicológico mientras permanezca en la cárcel.
Además, el juez Martínez hizo lugar a un planteo del acusador público, quien solicitó que el irascible sujeto sea sometido a una exhaustiva pericia psicológica y psiquiátrica antes de concedérsele la “libertad asistida” con el objeto de evaluar si está en condiciones de reinsertarse socialmente.
Sucede que Torres ya protagonizó dos hechos de violencia en perjuicio de la misma víctima, Patricia Alejandra Sarmiento (51), a la que el 26 de enero de 2004 agredió a golpes de puño y exactamente tres semanas después, el 16 de febrero, le produjo heridas cortantes en distintas partes del cuerpo con un cuchillo, una de las cuales le lastimó gravemente el hígado.
Pena en suspenso
Por aquellos violentos episodios, Torres fue juzgado el 29 de junio de 2004 y en la ocasión se le impuso una condena de tres años de prisión de ejecución condicional, lo que le permitió recuperar la libertad al concluir aquel proceso penal. La ausencia de antecedentes y la confesión lisa y llana de los hechos le permitieron acceder a una pena en suspenso.
En el año 2007, en tanto, fue juzgado nuevamente por un hecho de “coacción”, aunque resultó absuelto por insuficiencia probatoria, por lo que ese segundo proceso penal no cuenta como antecedente.
Finalmente, a mediados de agosto del año pasado, Torres desobedeció una orden judicial que le impedía acercarse a Sarmiento o ponerse en contacto con ella de cualquier manera, y tras llamarla por teléfono, profirió amenazas en su contra.
Ante la denuncia de la mujer y con los elementos de prueba colectados, la Justicia ordenó su detención, por lo que ya lleva en la cárcel siete meses y medio. Y como se trata de un reincidente, no podrá acceder a la “libertad condicional”, aunque sí tendrá la posibilidad de requerir la aplicación del instituto legal conocido como “libertad asistida”, que permite la excarcelación de un convicto cuando le faltan seis meses para el cumplimiento total de la pena impuesta.
Así las cosas, Torres deberá completar 11 meses entre rejas (es decir, hasta mediados de julio próximo) para, recién entonces, solicitar la libertad. De todos modos, para que se le conceda dicho beneficio, tendrá que someterse a un tratamiento psicológico de ahora en adelante y, previo a ser excarcelado, sortear con éxito una pericia que acredite que está en condiciones de salir.
Como dato curioso, cabe señalar que tanto Torres como Sarmiento nacieron el mismo día, 2 de junio, pero en años diferentes: el iracundo excarnicero en 1976 y su exconcubina en 1963.