Pablo Castro señaló a EL DIARIO luego del entrenamiento de ayer que “por suerte estamos muy bien de espíritu. Creo que los chicos han aprendido del partido que perdimos acá hace un par de fines de semanas y si bien están ansiosos y con ganas, son cautos porque saben bien lo importante que va a ser este partido para nosotros, que no podemos dejar librado al azar. Aparte de la motivación y la ansiedad vamos a tener que manejar los nervios dentro del partido para tener una buena actuación”.
“En el partido de mañana vamos a cambiar algún punto específico que creemos que ellos nos dañaron en un aspecto del juego, puntualmente. Y nada más. Nosotros estamos convencidos de que los partidos los jugamos bien, los ganamos bien. En los encuentros que jugamos mal estuvimos cerca de ganarlos. No hay que cambiar grandes cosas desde lo táctico o el planteo, o la planificación del juego. Tenemos que estar superconcentrados, manejar la ansiedad y tratar de sostenerlo durante 40 minutos”, agregó.
Sobre las lagunas mostradas por Ameghino en algunos momentos del juego, donde el rival suma muchos puntos en pocos minutos, comentó que “ésa es la mayor preocupación. Hablando con los jugadores no le encontramos motivos ciertos o valederos, para decir vamos a hacer esto y tratar de corregirlo. Nos pasó en varios partidos, tuvimos tres cuartos brillantes y en otro cuarto fuimos un espanto. Inexplicablemente dimos por terminado el partido, contento por lo hecho hasta ese momento, pero no cerramos el juego como debía ser”.
Parafraseando a una canción de Serrat, la pregunta final fue ¿Mañana (por hoy) puede ser un gran día?, y Castro dijo: “Sí, creo que sí. Va a ser así. Por lo menos de nuestra parte está todo dado para que así sea. Nuestra cabeza está plenamente en esto. No nos imaginamos de otra forma. Tratamos de ser lo más positivo en ese aspecto. No quiere decir esto que subestimemos a nadie ni que dejemos de respetar lo buen equipo que es Nueve de Julio. No vamos a dar por contado que ganamos un partido, porque ya perdimos de local y podría ser nuestro error más grande, pero cada uno de nosotros íntimamente sabe que tenemos un gran posibilidad y no hay que dejarla pasar”.