Derecho a la identidad
Ante un caso mediático sobre la verdadera paternidad de un niño se ha puesto nuevamente sobre la mesa el derecho a la identidad que, en muchos casos, termina banalizándose.
Llama la atención cómo algunos periodistas enuncian este derecho del niño en debates televisivos, pero cuando es un adulto el que expresa querer ejercerlo se lo cuestiona: ¿qué es lo que busca? ¿por qué no agradece lo que tiene?
O se utiliza el tema para programas de talk show que lo único que logran es que la gente se ría, no tome en serio esta problemática que debería resolverse con la ayuda del Estado en un marco de confidencialidad y respeto.
Pareciera como si al ser adultos nuestro derecho a la identidad careciera de valor, como si a esta altura de nuestras vidas no tuviera sentido alguno.
Este caso mediático forma parte del más del 20% de hechos donde el primogénito no es hijo del marido y que son cuestiones que pasan desapercibidas en la sociedad.
Tal vez, con el transcurso de los años esos niños se enteren de su verdad y decidan buscar.
¿Va a pasarles como a nosotros, que tenemos una falsa adopción (anotados como hijos propios de ambos padres)? ¿Se les van a cerrar todas las puertas porque ya no son niños?
Lo sucedido, además, demuestra que anotar a un niño como hijo propio es muy fácil y se ha hecho en todos los tiempos históricos.
El nuevo Código Civil permite que una madre soltera al anotar a su hijo declare quién es el padre en ausencia del mismo. Esto es una ayuda para esas madres, pero ¿si miente? ¡Es un delito! declaman algunos, como si los delitos no se realizaran.
Nosotros somos más de tres millones de testimonios vivientes de que eso no asusta. Lo malo es que los adultos no han pensado en el daño físico y psicológico que la sustitución de identidad provoca.
El presidente de la Corte Suprema, doctor Ricardo Lorenzetti, al dar comienzo al proceso de implementación del nuevo Código Civil destacó que es un compendio de soluciones concretas para personas concretas y pensado en función de los ciudadanos del Siglo XXI.
Tomando sus palabras es necesario que se implementen las políticas públicas necesarias para que quien lo desea pueda ejercer su derecho a la identidad, para que las búsquedas sean posibles, aunque uno ya no sea un niño. Y concentrarse en campañas de prevención, porque al día de hoy siguen existiendo parejas que adquieren hijos, no los adoptan porque sólo aceptan bebés.
Esto no puede seguir ocurriendo en el Siglo XXI y no se puede seguir mendigando por el derecho a la identidad.
Graciela Palma Arizaga
DNI:16.496.527
Malvinas y los trabajadores sociales
El 2 de abril se cumplió 33 años del intento de la dictadura cívico-militar-eclesiástica que gobernaba al país de recuperar la soberanía sobre las Islas Malvinas (incuestionablemente argentinas), usurpadas por el imperialismo inglés.
El nefasto y obsceno comportamiento histórico de Inglaterra para con Argentina -en lo militar, en lo económico, en lo político, en lo diplomático, en lo cultural- ha sido, sin lugar a dudas, un factor esencial que atentó sistemáticamente contra las posibilidades de independencia y desarrollo autónomo de nuestro país. Ese accionar permanente de la pérfida “Albion” justifica la caracterización negativa que muchos argentinos tenemos sobre Inglaterra. Hicieron (y hacen) méritos de sobra para que se los considere como lo que son: inveterados invasores imperiales, que presumen de democráticos y progresistas.
Ni defensa de la dictadura argentina (¡todo lo contrario!) ni labilidad y condescendencia para no definir a Inglaterra tal como corresponde, según su malicioso accionar. Sí portamos nosotros una certeza innegociable: la convicción del legítimo e imprescriptible derecho de soberanía que nos asiste a los argentinos sobre las Islas Malvinas.
Pero estas líneas, aunque obviamente relacionadas con el contexto de guerra de ese momento, no pretenden ahondar sobre el análisis político del conflicto armado, que finalizó el 14 de junio de 1982. Simplemente queremos rescatar y poner a consideración para la reflexión del colectivo profesional, una declaración emanada del Consejo Directivo de la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social (Faapss), de agosto de ese año.
La Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social (IASSW) había convocado para ese mes al Vigésimo Primer Congreso Internacional de Escuelas de Servicio Social, a llevarse a cabo en la ciudad de Brighton, Inglaterra.
La Federación, que representaba a los trabajadores sociales argentinos envió el siguiente mensaje que fue leído en la Reunión Plenaria del Congreso Internacional:
“A los señores organizadores y participantes de los Congresos Internacionales de Trabajo Social, Brighton, Inglaterra, Agosto de 1982.
En circunstancias particularmente dramáticas de nuestro país, los miembros de esta Federación, como integrantes que somos de la comunidad universal de trabajo social, enviamos nuestro fraterno saludo a los colegas del mundo reunidos en los congresos internacionales de Brighton, en forma especial a los colegas de Inglaterra y Estados Unidos, a los que suponemos tan dolidos como nosotros y como nosotros también, integrantes de ese ejército de la paz en lucha constante por el logro de una realidad más humana.
Era nuestra intención participar personalmente. Queremos sin embargo colaborar con los encuentros con un pedido especial, es el de incluir un lapso destinado a retrotraerse al Congreso Internacional de Trabajo Social celebrado en Helsinki en 1972 y volver a reflexionar profundamente sobre los conceptos vertidos en la ocasión por el sociólogo Gunnar Myrdal.
Rogamos tener presente aquel tremendo desafío que lanzara a nuestra profesión, sobre cuya proyección no vaciló en manifestar sus dudas, apoyada como está en valores como la justicia, la libertad y la dignidad, reconocida universalmente durante 2000 años, en un mundo en el que por paradoja, decía habían reinado sistemáticamente la injusticia y la opresión.
Queremos seguir teniendo fe en nuestra profesión. No sólo la que desarrollamos como causa casi (sic) en nuestros países, sino en la que se desarrolla en cualquiera de los países de la tierra, hacer oír una única voz y prevalecer un único lema: el que sustentándose en las palabras de Maritain: ‘Todo hombre y todo pueblo tiene derecho a alcanzar su destino en la tierra, y a que nada ni nadie pueda amputarle los recursos para llegar a realizarlo’.
En la esperanza de que las deliberaciones de Brighton contribuyan a una mayor aproximación al logro de esa meta reiteramos general saludo”.
Por cierto, se produjo también otro tipo de posicionamientos, de colegas argentinos, que desistieron -ya en mayo de 1982- de concurrir a dicho Congreso, requiriendo el retiro y la devolución de las ponencias previamente evaluadas y aceptadas por los organizadores, argumentando firmemente sobre las razones políticas y académicas que avalaban tal determinación de no participar en el evento que se iba a realizar en Inglaterra.
La actual conducción de la Faapss viene asumiendo firmes e indubitables posiciones sobre la profesión y también sobre temáticas generales que hacen al bienestar general.
No solamente concretaron el cambio de fecha del Día del Trabajador/a Social en Argentina, fijándolo para el 10 de diciembre, en consonancia con el Día Internacional de los Derechos Humanos, lo cual vino a plasmar una vieja y legítima aspiración de vastos sectores de la profesión. A ello se suman las significativas declaraciones públicas, en contra de las acciones más agresivas del capitalismo financiero internacional, plasmadas en un nuevo intento de verdaderos crímenes de lesa humanidad a cargo de los “fondos buitre”. Como así también la certera crítica a las prácticas genocidas llevadas a cabo por el Gobierno de Israel en contra del pueblo de Gaza. A la vez, la intensa y eficiente labor desplegada para lograr la sanción de una ley federal de trabajo social, encuadrada en el contexto de los derechos humanos y en la reivindicación y defensa de los sectores más vulnerados de la sociedad.
No resulta necesariamente útil hacer adivinanzas o futurología para atrás. No obstante lo cual, nos permitimos inferir que las autoridades actuales de la Faapss habrían impulsado en 1982 una declaración de otro tenor, probablemente más contundente, ante la guerra de Malvinas y ante la reiteración de las descaradas prácticas imperiales sobre el territorio nacional. Porque la causa de Malvinas no es sólo una causa argentina y latinoamericana, sino que constituye una estratégica causa universal por la defensa y la reivindicación de la dignidad y la soberanía de todos los pueblos del mundo.
Norberto Ayalón
Profesor en Trabajo Social