Federico Magrín Torres (dirigente universitario): “Alguna vez en nuestro intento de pelearle a la injusticia, de cambiar lo que debía ser cambiado, nos llamamos Estudiantes Patas Arriba porque de él aprendimos que patas arriba vivía un mundo que enseñaba todo al revés. El mundo sigue casi igual, en algo está mejor, en algo está peor. Los que cambiamos fuimos nosotros, en parte porque nos topamos con algunas letras, con unas palabras, como las suyas, y por eso sé, por eso estoy convencido, de que las palabras tienen poder”.
Jorgelina Rodríguez (docente de primaria): “Eduardo Galeano dijo: ‘Si un libro se puede leer impunemente, no vale la pena tomarse el trabajo. Cuando los libros están de veras vivos, respiran; y uno se los pone al oído y les siente la respiración y sus palabras son contagiosas, peligrosamente, cariñosamente contagiosas’. Nos queda el fueguito de tus palabras. Revolucionario que te atreviste a un lenguaje diferente, metafórico, irónico, divertido y profundo. Siempre patas para arriba, porque los grandes dejan huellas y trascienden”.