En la adopción, el Estado es custodio del expediente legal que explica en la mayoría de los casos, el motivo por el cual, un niñ@ debió ser criado por otra familia.
En la apropiación, los niñ@s fueron anotados como hijos propios de los padres de crianza. Simbólicamente se les ha borrado toda huella de aquel primer origen y a la hora de buscar se les dificulta tremendamente porque sólo dependen de las palabras habladas, que en casi su totalidad, están encerradas en un pacto de silencio.
Ese pacto es lo que hace que la persona en cuestión no sepa la verdad sobre sus orígenes. Secretos de tamaña envergadura algún día, salen a la superficie, se llenan de luz. Si bien años atrás predominaba la terrible idea de que “al niño le haría muy mal crecer con la verdad” la sociedad no pudo dimensionar la magnitud de ese secreto para estas personas que en su mayoría, se enteran de grande de lo sucedido, una vez que todas las personas que conocían su origen han fallecido.
Si les cuentan (la verdad) de niños, la vida les da tiempo de entenderlo, de procesarlo y de buscar los orígenes cuando lo sientan. Si te enterás de grande, la urgencia y el poco tiempo, exige ponerse rápido en movimiento. Desde el momento que impacta la noticia empieza un recorrido hacia familiares desperdigados, amigos, médic@s, parteras, enfermer@s, hospitales, iglesias, oficinas de Derechos Humanos.
El pacto de silencio es tan grande que la única respuesta que encontramos en la mayor de las suertes es: “Cómo me gustaría ayudarte pero no sé nada” y en la peor de las suertes rematan el silencio con: “¿Para qué buscas, si tus padres te dieron todo?”.
Es muy importante la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo que incorpora el derecho del niño de conocer su nombre, su origen, su nacionalidad. Ahora falta un Estado más presente en la prevención de que no siga sucediendo.
Saber, una necesidad
Las personas separadas de sus padres biológicos tienen la necesidad de saber sus orígenes. Consciente o no, la duda siempre está.
La necesidad de buscar se dificulta, porque las víctimas sienten que les pueden hacer daño a sus padres de crianza.
Pensamiento que por supuesto no ha sido imaginado, sino que se escucha permanentemente en la sociedad.
Madres juzgadas
Con respecto a las madres la situación es similar. En la sociedad son muy juzgadas las mujeres que no pueden criar sus hijos, muchas veces para justificar las atrocidades que se les ha hecho, y en la búsqueda siempre aparece la palabra, joven, estudiante, pobre, prostituta. Hasta no saber la verdad esa sería un poco la realidad que cada uno incorpora en los pensamientos al imaginar sus madres biológicas.
El agruparnos en torno a la partera Mafalda de Journade nos permitió ir teniendo algunas certezas, como por ejemplo, que las mujeres embarazadas llegaron a la clínica clandestina engañadas, las mantuvieron engañadas, parieron engañadas, sintieron el llanto, no se lo dejaron ver ni tocar y luego llegó el silencio que intentan romper hasta el día de hoy.
En su mayoría fueron obligadas a callar lo que les habían sucedido. Esto hace que muchas madres hayan luego armado una familia a quienes nunca le han contado sobre su hij@. Nuestros discursos las han llenado de miedo, de vergüenza. Les hemos hecho creer que si se acercan a su hijo, le van a destruir la vida y siguen callando. Ninguna madre que entrega un hijo se olvida, muchas otras son víctimas del tráfico del niño y no lo saben.
En este sentido creo que lo más importante que veo en la búsqueda que hemos emprendido quienes integramos “Herman@s y Madres del Alma” es la claridad de nuestro objetivo que es salir a buscar a todas las madres que tuvieron sus hij@s con Mafalda de Journade y las personas que nacieron allí.
Con la sabia intención de encontrar los orígenes biológicos, sabiendo que la verdad puede ser dolorosa, pero necesaria.
Por supuesto siempre se sueña con el final feliz, pero este grupo es muy consciente de que a lo mejor nunca puedan encontrarse y que si llegan a tener esa suerte, no necesariamente se van a encontrar con lo deseado
Acompaño al grupo en cada paso y decisión que vaya tomando, por supuesto, como integrante que soy, también puedo realizar mis propuestas. Entre tod@s debatimos cómo llevarlas a cabo. Es fundamental realizar la búsqueda desde la alegría, que es el motor principal para que las cosas salgan bien.
La contención es muy necesaria porque, no es fácil el camino a transitar, es deshojar cada recuerdito de la memoria, llegar a niños/as, volver al nacimiento y encontrar el vacío.
Contra ese vacío ha emergido esta enorme necesidad de estar juntos, y así se va construyendo día a día “Herman@s y Madres del Alma” como un lugar, como un encuentro para conjugar la esperanza y como decía Eduardo Galeano, encender “el mar de fueguitos”.
Buscamos madres que hayan dado a luz y a hij@s que hayan sido entregados por la partera Mafalda de Journade en calle México 164 o Pichincha 159, barrio General Paz de la ciudad de Córdoba.
Contactos
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