Las demoras en las entregas de prótesis y material médico a las clínicas locales por parte del PAMI está generando una grave situación para los jubilados que tienen programadas intervenciones quirúrgicas.
Según develó Risieri Bettiol, presidente del Centro de Jubilados Fraternales, por la falta de insumos médicos, “las operaciones se reprograman hasta tres o cuatro veces”.
“Hay pacientes que esperan por prótesis, internados en distintas clínicas. Con las demoras o falta de entrega de material ponen en riesgo la vida de los jubilados, ya que comienzan a surgir complicaciones de salud, derivadas de todo esto”, manifestó Bettiol en diálogo con EL DIARIO.
“Las reprogramaciones de las operaciones se llevan hasta muy lejos de la fecha que indicaron los médicos, por ende los pacientes están mal, con fiebre y otras dolencias”, sostuvo el reporteado por este matutino.
Según precisó el dirigente, en el centro de jubilados que preside se reciben hasta cuatro denuncias mensuales relacionadas con este tipo de hechos.
“Existen casos lamentables como el del jubilado que por ser paciente ambulatorio tiene que esperar en su hogar un clavo para la rodilla, mientras se revuelve de dolor. Esto es inconcebible”, enfatizó.
“Yo no sé qué está pasando en estos últimos tiempos con el PAMI, ya que además de las prótesis tampoco llegan pañales ni tampoco otras ayudas para jubilados”, también dijo Bettiol.
“Es muy preocupante además que la titular de la Unidad de Gestión Local (UGL) III de Córdoba, Ileana Canal, no nos atienda y tampoco responda ante las demandas que formulamos. Creo que nos ignora”, resaltó.
“Lo que vivimos en este momento los jubilados es crítico, está todo muy mal. Las autoridades deben tomar cartas en el asunto y revertir lo que acontece. Las prótesis y otros elementos deben llegar en tiempo y forma”, concluyó.
“Las clínicas ponen su mejor voluntad, pero sin los elementos que imperiosamente necesitan, nada pueden hacer, les resulta imposible operar”, agregó el extrabajador ferroviario.
“Lamentablemente, la realidad es que los jubilados caemos en un estado de desasosiego y nerviosismo que las familias tienen que absorber con la impotencia de no encontrar respuestas a cuestiones tan delicadas como lo son las relacionadas con la salud”, concluyó Bettiol.