El municipio confirmó que se revirtió una situación que en su momento fue problemática respecto al cobro de cuotas de barrio Malvinas Argentinas, nacido por el plan 400 Viviendas.
Ahora, salvo casos puntuales como una enfermedad, la mayoría de los pobladores abonan la cuota, que es de 390 pesos y que no se puede actualizar.
Hoy, el importe máximo que se paga en la ciudad por viviendas otorgadas por el Estado es de 1.190 pesos mensuales (para una residencia con tres dormitorios), según especificó Hercilia Brusasca, directora de Políticas Habitacionales de la Comuna.
“Hay vecinos que con mucho sacrificio pagan su cuota. Hay moras, pero la estadística que tratamos de revertir la tiene también la Dirección Provincial de Viviendas o el Instituto de Buenos Aires, porque al ser viviendas del Estado hay cierto margen de gente que no paga. No obstante, nosotros personalizamos más, el abogado manda a llamar a la familia, se atiende caso por caso y se refinancia la deuda si no pueden”, apuntó la funcionaria.
Con el plan de las 400 casas, financiadas por el Gobierno provincial, cambió la modalidad de cobro. Antes, la Provincia le descontaba de coparticipación al municipio el valor de las cuotas y la comuna no podía accionar ante el vecino. Esto se modificó con el programa habitacional de las 400: el Estado cordobés delegó en municipalidades la potestad de cobrar esa cuota.
Por eso, desde el Ejecutivo local dicen que trabajan de manera personalizada en el cobro y “hoy prácticamente se está al día, salvo excepciones como enfermedad o circunstancia que hay que atender”.
Las cuotas por residencias del Estado van desde 49 pesos en algunas del Bello Horizonte a 1.190 pesos como máximo, pasando por los 198 mensuales que se abonan por departamentos de los edificios hechos por la Provincia en las calles San Juan y Catamarca.
“Para todos”
Brusasca aseguró que en los últimos años ha sido “sostenida esta política de viviendas, es una máquina que nunca paró y no para en diferentes extractos”.
“La demanda de Villa María no sólo hay que ubicarla en las familias que no tienen acceso a las tierras urbanizadas por no tener recursos, sino también las que no tienen un ingreso formal o las que que no pueden acceder a un crédito. Me parece que hoy se abarca todo ese abanico: las que en situación de emergencia pueden ser beneficiarias de un plan Eva Perón, las que pueden tener un sistema de autoahorro o las que logran un acceso a un crédito a través de Procrear o de bancos a través del PASU”.
“A ese abanico no tenemos que perderlo, desde la familia que está en una situación de desalojo hasta la familia que quizás es un matrimonio y que puede acceder a un crédito mensual”, graficó.
Sobre las posibilidades de acceder a una casa, precisó que existe un registro único y permanente “que se abrió hace más de 20 años y que nunca se cierra, sólo se hace un corte unos días antes de cada sorteo”.
“Se viene actualizando continuamente y tiene requisitos y documentación a presentar. No se deja a nadie afuera pero se trata de que sea gente establecida en la ciudad, tiene que constituir un grupo familiar y con ingresos que van desde la Asignación universal por Hijo (AUH) hasta el recibo de sueldo de uno de los miembros. Todo el mundo se puede inscribir, con cero ingreso o no y de acuerdo a eso y a las características serán beneficiarios de determinado plan. Obviamente que no tienen que tener ninguna propiedad a su nombre”, especificó.
Por esto último, previo a la adjudicación se pide al beneficiario un formulario que es expedido por el Registro de la Propiedad para constatar que ningún miembro mayor de edad de la familia tiene una vivienda a su nombre.