La séptima fecha del Torneo Apertura de la Liga local presentó un entretenido enfrentamiento entre River y Argentino. Las condiciones climáticas ayudaron al espectador a disfrutar de un gran encuentro. Desde temprano comenzaron a sucederse las acciones de peligro: a los 2 minutos, Claudio “Lanita” Díaz ejecutó un tiro libre que pasó muy cerca del arco defendido por Juan Cruz López, pero nadie llegó a darle destino de gol. En la jugada siguiente Dino Gagliese no pudo rematar con comodidad ante la rápida salida de Michael Becco.
Luego fue el turno del goleador albiazul Ramiro Cortez, quien contó con dos oportunidades para abrir el marcador, pero no lo logró. Primero un potente remate cruzado desde el sector derecho obligó al arquero local a contener el disparo en dos tiempos. Seguidamente, tras un pase en cortada de Díaz, el “9” remató demasiado alto y no pudo saciar su apetito goleador.
El mediocampo era una zona de tránsito. El balón circulaba con velocidad de área a área y los equipos cambiaban “golpe por golpe”.
La más clara se presentó a los 23 minutos, cuando Dino Gagliese enfrentó mano a mano a Michael Becco, pero el balón picó mal, se le fue largo y dejó escapar una chance muy clara de gol. Para peor, la jugada siguió y en el contragolpe el visitante se encontró con un tiro libre demasiado peligroso. Tal fue la peligrosidad, que el conjunto de barrio Almirante Brown pudo romper la paridad del encuentro.
“Lanita” Díaz se encargó de la ejecución del balón parado, pero en lugar de enviar el centro o rematar al arco, optó por abrir el balón para el sector izquierdo para que Facundo Ledesma envíe el centro y Francisco Melano convierta de cabeza el 1 a 0.
Con el gol, los dirigidos por Christian Romero se pararon mejor tácticamente en el campo de juego, apoyados en la visión de Díaz y en la solvencia de Franco Ñáñez.
El local pudo sortear el cimbronazo del gol del “Lobo” 10 minutos tarde, cuando logró empatar a través de una genialidad. Claudio Díaz ejecutó mal un tiro libre y la contra millonaria fue letal: luego de que el balón rebotara en barrera dispuesta por López, Aguirre despejó el balón con celeridad, Maximiliano Tissera corrió la pelota, se la pasó a Dino Gagliese y el 9 local, al ver a Becco adelantado y sin ponerse nervioso, sacó un soberbio y elegante remate desde 30 metros que superó al uno visitante y decretó el empate.
El descanso exponía un 1 a 1 totalmente lógico y justo. Quizás Argentino había tenido más chances, pero River había contado con las más claras.
Sin embargo, el complemento torció desde un comienzo la historia a favor del visitante: apenas iba un minuto cuando el “Lanita” Díaz se entrometió dentro del área millonaria y entre los centrales, con muchas ganas de que le cobraran penal, enganchó ante Horacio Morre y el defensor de la “banda” le cometió una infracción tan infantil como inevitable. El mismo capitán albiazul convirtió con total pericia desde los 12 pasos y puso en ventaja nuevamente a su equipo.
A partir de la segunda conquista de Argentino, el partido, haciendo honor al apodo de la cancha millonaria, cayó en un “pozo” futbolístico en el cual sólo se pudo destacar el tercer gol del “Lobo”.
Pasados los 30 minutos de juego, el ingresado Mauro Fuente bajó la pelota en el área, amagó varias veces ante el “Melli” López y cuando debía definir no lo hizo y desaprovechó una gran chance, con la fortuna de que el balón cayó en los pies de Facundo Ñáñez y el mediocampista albiazul remató con potencia desde fuera del área y decretó el 3 a 1 definitivo.
La diferencia entre ambos conjuntos no fue tan abultada como reflejó el marcador, pero la victoria fue merecida para Argentino que terminó aprovechando de la mejor manera las pocas chances con las que contó.
La figura
FRANCO ÑAÑEZ
La solidez y sencillez del volante central fueron esenciales para la victoria de Argentino. La visión y la calidad de Claudio Díaz nuevamente fue la principal arma del “Lobo” para ganar el partido. Dino Gagliese convirtió un golazo y fue la principal figura de River.
El árbitro
JORGE GOMEZ
Dirigió correctamente, pero hizo demasiado lento y cortado el trámite del partido.