Ahora estoy por cumplir 45 años con la docencia y desde los primeros tiempos he estado ligada con EL DIARIO, me ha acompañado en mi tarea tanto cuando estaba en el Teatro Estable como cuando abrimos La Panadería. Hay una hermosa anécdota sobre la apertura de mi teatro. El 23 de marzo de 1991 se inauguró la sala y escuela como Instituto Integral del Arte, con la presencia de figuras invitadas como María Rosa Gallo. En esa oportunidad, la profesora Balderramos, conocida mía, me acerca un poema sobre el lugar que hablaba de la panadería que había existido allí tiempo atrás. Lo leí y dije que "la llama del horno no se iba a apagar nunca porque iban a aparecer los duendes del teatro". Al día siguiente, Juan Montes, que hacía Culturales en EL DIARIO publicó "Inaugura el espacio cultural Teatro La Panadería". Lo llamé a la Redacción y le pregunté quién le había dicho que se llamaba así. Me dijo que nadie pero que quedaba lindo y así se dejó para siempre. En EL DIARIO me siento como en casa. Con el correr de los años, de conocerlos uno por uno, los fui haciendo como una familia (me acuerdo de Montes, Roberto Castillo, el "Gallego" González). Antes, cuando estaban en el bulevar España, era un clásico que yo les llevara las facturas los sábados a las 14. Después dejé de hacerlo por una cosa u otra y cuando me ven me piden que vuelva. Los había mal acostumbrado (risas). La tapa: cuando se incendió EL DIARIO (7 de mayo de 2005). Fue como si se me hubiera incendiado el teatro. Lo siento así porque es como mi casa. Marta Mansutti, docente, dueña del Teatro La Panadería
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