Pretencioso o, cuanto menos difícil, resulta resumir en pocas palabras un cuarto de siglo de mutuo acompañamiento.
Un cuarto de siglo durante el cual se sucedieron y sumaron múltiples experiencias del diario vivir. Al punto que, casi sin darnos cuenta, dejó de ser sólo una publicación para convertirse en el amigo que cotidianamente nos traía las nuevas buenas -y de las otras- de nuestra ciudad y su gente.
Así, casi ritualmente, fue nuestro compañero del café matinal, haciéndonos conocer tanto lo ya acontecido como de lo que nos anunciaba la agenda pública.
La economía, la política, el deporte, la cultura, etcétera, fueron las vertientes de las que nos ilustró; el obituario, recordándonos de aquellos que ya no estarían; si hasta los “clasificados” fueron de nuestra atención, ya por mera curiosidad, ya buscando encontrar esa oferta que nos interesaba.
Particularmente, en lo que a nuestra función se refiere, fueron 25 años durante los cuales EL DIARIO se esmeró en reflejar lo que acontecía en el edificio tribunalicio; 25 años que, coincidiendo con nuestro desempeño de distintos cargos judiciales, asistimos a la cobertura de infinidad de casos, unos más resonantes que otros, informando sobre sus desarrollos y a la vez -más de una vez- haciendo docencia entre los lectores para una mejor comprensión de lo publicado.
Si toda tarea es perfectible, que siempre debe tenderse a mejorar, no cabe duda que quienes hacen EL DIARIO así lo ha entendido.
Por ello es que nos congratulamos con el especial festejo, les animamos a seguir por la senda optada de seriedad y profesionalidad, lo que seguramente redundará en el éxito y satisfacción de la misión cumplida.

René Gandarillas,
vocal de la Cámara del Crimen de Villa María