El intendente Omar Martina analizó ante nuestra consulta los serios problemas derivados de las inundaciones de febrero pasado, situación que -aunque sin la implicancia de aquellas- tiende a reiterarse en la actualidad.
Sostuvo “que si bien es cierto que el último mes el agua estuvo bajando, especialmente en la zona suburbana, no existen perspectivas de que vaya a secarse el amplio sector inundado en la región, puesto que si vuelven las lluvias, seguiremos igual que antes”.
De acuerdo a esta problemática, el titular del Ejecutivo y los demás entes que colaboran acordaron seguir trabajando sobre la difícil coyuntura y, en sentido personal, expresó esperar “cuando termine mi mandato, si no se renueva, no tenga que dejar una herencia muy pesada a quien me remplace. Por lo tanto, la idea principal en el rubro obras públicas será avocarnos a buscar una solución lo más adecuada posible y durable en el tiempo, relativa a este anegamiento que hubo a causa de la gran concentración de aguas y desplazamiento en zona urbana y rural”.
Consideró urgente “la construcción de canales para que el agua se desvíe y no invada más la superficie urbana; en este tema ya tomó participación la Dirección de Hidráulica de la Provincia, que a través de profesionales estableció mediciones y la nivelación correspondiente para concretar un proyecto de acción dedicado a construir esos canales”.
Expresó Martina, asimismo, “la necesidad de que si existiere el compromiso a futuro de afrontar peligros por la corriente de agua, sea simplemente por precipitaciones y no por desplazamiento de líquido desde otras zonas hacia esta localidad, como ocurrió en febrero”. Recordó “que el pasado lunes estuvo analizando los trabajos que se deben realizar de manera urgente ante los organismos oficiales en Córdoba”.
Los problemas en la zona urbana
Respecto a los graves daños causados en las calles de tierra e incluso pavimentadas del ejido urbano, donde el pavimento se ha hundido o presenta marcadas imperfecciones, el intendente detalló que muchas viviendas y locales comerciales “han sufrido hundimiento y rajaduras, más anegamiento en los sótanos y los lógicos problemas de humedad en su estructura. Incluso, una de las diagonales de la localidad soporta en estos momentos la implicancia del avance del agua”, informó.
En tal sentido, agregó que “otro inconveniente muy serio se plantea con las napas freáticas, que están muy altas; esto perjudica a las construcciones con mucho peso, por ejemplo, las de dos pisos y por influencia directa a las casas vecinas. Incluso, comprobamos que el templo parroquial presenta algunas deficiencias en su estructura de base, precisamente por los problemas mencionados. Por lo expuesto, el trabajo esencial del municipio hasta diciembre será tratar de buscar la mejor solución posible para evitar que si existe recambio en la gestión gubernativa, el que asuma se encuentre con los inconvenientes actuales”.
Vale recordar que Pozo del Molle fue una de las localidades del Departamento Río Segundo que padeció -y padece- los serios efectos de las inundaciones de febrero pasado, acusando niveles de lluvias extremos y sin antecedentes en las últimas cinco décadas.
