Soy el primer suscriptor y no he dejado de comprar EL DIARIO desde entonces. Veinticinco años, aunque no necesariamente soy siempre el primer lector, porque en mi casa todos lo leen; entonces lo agarra el que primero se levanta y el resto tiene que esperar. Y eso que llega tempranito, porque ya a las siete de la mañana lo pasan por debajo de la puerta. Lo leo todo y hasta hago las palabras cruzadas y la sopa de letras. Empiezo por la tapa, después voy a policiales, luego fúnebres, para ver si no se murió ningún conocido y no me enteré y después deportes. También leo con mucha atención las noticias culturales y patronales de la región, especialmente, las de La Playosa. Creo que EL DIARIO tiene un imán, es un medio muy importante, al menos desde mi punto de vista y pienso que es el mismo que el de mucha gente. Una vez el canillita que me lo llevaba antes no me lo llevó en toda la mañana. A la tarde lo fui a buscar yo. Lo encontré en el club Huracán, saqué mi diario, que estaba en una pila y me fui. Eran las siete de la tarde. Otra vez, estando en Italia, en 2004 y sin saber cómo era la dirección de EL DIARIO en la web, le pedí a otra persona que me lo buscara y pude leerlo por Internet. Tengo incluso varias notas guardadas a lo largo de tantos años. O sea, soy, como se verá, muy lector de este medio. Si tuviese que mencionar una virtud, no sé qué decir, lo compro hace 25 años, algo debe tener. Lo que sí, a veces me gustaría que se profundice más el chequeo de la información. ¿Una tapa que me haya quedado grabada? Son tantas... el 1 de abril van a ser 9060. Creo que la de la muerte del Papa y la del padre Hugo; sí, esas, esas, esas dos. Enzo J. M. Bocco, el primer suscriptor de EL DIARIO
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